(Bruno Moreno/InfoCatólica) En un contexto de polémica en torno a las capillas universitarias, que algunos parecen empeñados en cerrar o en reconvertir en centros multirreligiosos, es un gusto dar la noticia de una mesa redonda que se va a desarrollar en una universidad pública a cargo de profesores universitarios en ejercicio, y que tiene por título la pregunta: “¿Tiene cabida la fe cristiana en la universidad del S. XXI?”. Entrevistamos a Jaime Pérez-Boccherini Stampa, presbítero de la Diócesis de Getafe, doctor en teología y uno de los encargados de prestar su asistencia eclesiástica al Aula de Cultura y Cristianismo de su diócesis.
–D. Jaime, ¿qué es el Aula de Cultura y Cristianismo?
El Aula de Cultura y Cristianismo es un proyecto que está naciendo en estos meses y en el que se quiere aglutinar a profesores de distintas universidades, sean creyentes o no creyentes. En el ámbito de nuestra pastoral universitaria diocesana, queremos generar ocasiones de encuentro en torno al diálogo fe-cultura, en la línea de concretar en nuestra diócesis el “Atrio de los Gentiles”, que tanto impulsara Benedicto XVI. Tengamos en cuenta que dentro del territorio de la diócesis de Getafe se hallan nada menos que ¡12 campus universitarios!
–¿Dónde va a tener lugar y cómo será la mesa redonda?
Está previsto desarrollarla el sábado que viene, 9 de marzo, en el campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos (Edificio Departamental I, salón de grados), de 11:00 a 13:00. Será un acto abierto al público, y quienes asistan podrán participar en él con sus preguntas dirigidas a los tres ponentes.
–¿Quiénes son los ponentes?
Se ha buscado que fueran profesores universitarios en ejercicio y procedentes de universidades y especialidades diferentes, con el deseo de que el diálogo entre ellos y con los asistentes sea lo más fluido e interesante posible. Se trata de Mª Jesús Fuente Pérez, profesora de la Universidad Carlos III, que es especialista en Humanidades y en Historia medieval; José Luis González Quirós, de la Universidad Rey Juan Carlos, que es filósofo de la cultura y de la ciencia; y Elena Postigo Solana, de la Universidad CEU-San Pablo, que es profesora de antropología y bioética. El debate será moderado por Gonzalo Génova Fúster, profesor de la Universidad Carlos III en ingeniería, computación y filosofía de la ciencia.
–La pregunta sobre la que gira el debate, “¿Tiene cabida la fe cristiana en la universidad del S. XXI?”, ¿no es demasiado básica?
En realidad no, porque nos damos cuenta de que a veces hemos de retroceder más y más lejos hacia los elementos básicos de las preguntas fundamentales del hombre y de la sociedad. En el diálogo fe-cultura hoy en día no hay que dar nada por supuesto. En ese sentido dar la pregunta por respondida no nos parecía un buen modo de comenzar nuestra andadura por este terreno apasionante y difícil.
–Pero, ¿qué es lo que se pretende con esta Mesa Redonda?
De lo que se trata es de poner las bases para el diálogo fe-cultura, que deben estar fundadas en la razón y en el respeto mutuo entre creyentes y no creyentes. No se trata de que todas las ideas tengan la misma validez, ya que eso sería caer en el relativismo. Más bien se trata de reconocer que el camino del diálogo entre la fe cristiana, que es generadora de cultura, y la cultura moderna, que tiene tantas raíces cristianas, es una vía para, entre otras motivaciones, contribuir a deshacer las tentativas de totalitarismo político, es decir el del Estado que manipula la sociedad y agrede la libertad religiosa, o las tentativas de fundamentalismo religioso, es decir una religión que se cierra a dar razones de su esperanza y se vuelve sectaria frente al mundo que le circunda.
Sobre la base de ese plano dual esta iniciativa es a su modo evangelizadora, en la perspectiva de los “cuatro círculos de diálogo” de que se compone el “coloquio de la salvación”, tal y como lo expresara Pablo VI en su inolvidable encíclica Ecclesiam Suam. Necesitamos imitar de nuevo a San Pablo entrando de su mano en los nuevos terrenos de misión que configuran las áreas culturales, definidas como “areópagos modernos”, en expresión feliz de Juan Pablo II, en su encíclica Redemptoris missio nº 37.
–¿En el ambiente actual, se hace necesario convocar iniciativas como esta precisamente en la universidad?
Sí, poder plantear esta pregunta en sede universitaria es especialmente significativo. El desafío reside en que logremos romper la barrera de silencio que ciertas instancias de uno u otro signo desean imponer en la universidad, no digo ya un silenciamiento a las respuestas... ¡sino a las preguntas mismas que el corazón del hombre quiere hacerse y se hace continuamente!, y nada hay más ajeno al espíritu universitario que esta imposición de silencio.
Afortunadamente también hallamos hoy en las comunidades universitarias a muchas personas sensatas y lúcidas, tanto en el entorno de los creyentes como en el de los no creyentes. Por eso desde aquí invito cordialmente a todos los lectores de InfoCatólica que tengan posibilidad de ello a que se acerquen este sábado a nuestra Mesa Redonda y con su sola presencia nos ayuden a romper esta “conspiración de silencio”.
–Diálogo fe-cultura... De acuerdo, ahora bien, en definitiva: ¿qué se entiende por cultura?
Es una pregunta excelente. No es que no tuviéramos que definir también qué es la fe cristiana y cuáles son sus contenidos, pero supongo que los lectores de este portal eso no lo necesitarán... Centrándonos pues en el segundo término, el de la cultura, creo que lo podemos describir como lo hiciera la Conferencia Episcopal Italiana en el proemio a su Proyecto Cultural para la Iglesia en Italia: “La cultura es un sistema de elementos relacionados entre sí y en continua evolución histórica: Elementos interpretativos, como la lengua, la literatura, el arte, el espectáculo, la ciencia, la filosofía, la ética, la religión; elementos sociales como las costumbres, las leyes, las instituciones; elementos operativos, como la ciencia, la economía, las manufacturas. En todo ello se encarnan el sentido general de la vida y las experiencias fundamentales de la familia, de la amistad, de la convivencia, del trabajo, de la belleza, del sufrimiento, de la muerte y de la divinidad. Cada pueblo encuentra ahí su identidad, su alma colectiva, su patrimonio precioso acumulado de generación en generación”.
–Y esos elementos relacionados entre sí y en evolución que forman la cultura, ¿qué relación tienen con la fe?
Claro, eso es lo que nos interesa especialmente a nosotros. También los obispos italianos reflexionaron sobre eso y distinguieron dos grandes niveles de la cultura en su relación con la fe: Por un lado “grandes áreas temáticas, interdisciplinares, que tocan los contenidos fundamentales de la fe en su impacto con los aspectos más vibrantes del pensamiento y del ethos contemporáneos” y por otro “temas ocasionalmente emergentes en el debate cultural y en la vida social, a los que hay que ofrecer respuestas evangélicamente iluminadas”.
En todas esas grandes áreas temáticas, la Iglesia tiene mucho que decir. Por ejemplo, en cuanto a la persona y la sociedad, la Iglesia habla de la dignidad de la vida humana, la centralidad de la familia, el papel de la educación, la igualdad, o el deber de participación en la vida civil y la política. En lo referente a la economía, los cristianos recordamos siempre la importancia de unir desarrollo económico, solidaridad y salvaguarda de lo creado. En la investigación científica, la Iglesia ilumina los valores éticos que debe tener toda actuación para ser verdaderamente humana, así como la unidad de todos los saberes.