(Vatican Insider/InfoCatólica) La sacó a la luz recientemente el profesor Eugenio Fizzotti, psicólogo salesiano, director de la revista “Ricerca di senso” (de Trento), que en el último número (febrero, 2013) publicó en italiano el diálogo entre el entonces cardenal Ratzinger y Ulrich Hommes, profesor de filosofía en Regensburg. Hommes interrogó a Ratzinger sobre algunas cuestiones para su libro “Nos toca a nosotros. Conversaciones sobre la búsqueda de significado”, editado en 1980, y que relata trece encuentros con diferentes personajes del mundo cultural y científico y sus reflexiones sobre el sentido de la vida.
A la pregunta de Hommes sobre la manera en la que el cristiano reacciona ante el sufrimiento, las desilusiones, los problemas y el ansia, Ratzinger respondió: «El cristiano sabe que siempre es deseado por Otro (con mayúscula), que da sentido a su vida. Es esto que da a la fe una fuerza extraordinaria. Sin la fe nada tendría significado –dijo Ratzinger. Cuando yo mismo ya no puedo hacer nada, y este momento llega para cada uno, no en el momento de la muerte, sino en muchas situaciones del curso de la vida».
Palabras iluminadoras si se leen teniendo en cuenta la renuncia de Benedicto XVI. «El sentido de la vida debe ser más fuerte de lo que nosotros podemos producir, debe ser algo que ya me está esperando», dijo entonces Ratzinger. «Debemos ser conscientes de que ningún hombre puede realizar todo; la fe es una renuncia a algo, pero es justamente esta renuncia la que nos conduce al cambio y nos permite seguir adelante».