(Univisión/InfoCatólica) Su Santidad Benedicto XVI preside el domingo su último Ángelus asomado a la ventana de su apartamento en el Palacio Pontificio, desde donde cada domingo desde hace casi ocho años viene dirigiendo su alocución a fieles y peregrinos.
Será, pues, el último domingo en el que el papa Ratzinger bendiga a los congregados en San Pedro, invite a la oración, pronuncie su reflexión dominical sobre el Evangelio y salude en al menos ocho lenguas a las gentes llegadas al Vaticano.
La espera a la alocución que pronuncie Benedicto XVI está levantando gran expectación entre los medios de comunicación y la sociedad italiana.
El Ángelus será rezado por un papa dimisionario, lo que ha decidido a las autoridades de Roma a reforzar las medidas de seguridad en vista de la prevista afluencia de peregrinos.
El domingo, la basílica de San Pedro del Vaticano será el centro de todas las miradas y se convertirá en la protagonista de muchos medios de comunicación que, desde que Benedicto XVI anunciara su renuncia el pasado 11 de febrero, se encuentran apostados en los aledaños de la plaza.
Prometió rezar por Italia
En otro parte informativo, la agencia Efe detalla que Benedicto XVI dijo el sábado al presidente Giorgio Napolitano que rezará por Italia y le expresó sus mejores deseos para este país, particularmente en estos tiempos.
El papa recibió en audiencia privada de poco más de media hora al presidente de la República italiana y a su esposa. Napolitano trasladó al pontífice la gratitud del pueblo italiano por su magisterio y le manifestó que su afecto le acompañarán en los próximos años.
“El encuentro entre el Papa y el presidente de la República ha sido cordial, se ha desarrollado en un clima de amistad y ha tenido momentos intensos”, dijo el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi.
El papa Ratzinger, de 86 años, y Giorgio Napolitano, de 87, mantuvieron un encuentro emotivo, ambos conscientes de que en breve abandonarán las responsabilidades que les ocupan.
El papa de pie, con sotana blanca y muceta roja, estrechó con cariño tanto las manos de Napolitano como las de su mujer, Clio Bettoni, mientras los fotógrafos inmortalizaban el momento.
Napolitano regaló al Papa un ejemplar de 1840 de “Los Novios”, de Alessandro Manzoni, y Benedicto XVI le dio una estampa de San Pedro.
Prometió ‘cercanía espiritual’
Benedicto XVI además prometió el sábado a los cardenales “su cercanía espiritual” tras concretar su renuncia histórica el próximo 28 de febrero y les advirtió sobre los “males de este mundo”, “el sufrimiento” y “la corrupción”.
“Aun si concluyo hoy la comunión exterior visible”, permanece “la cercanía espiritual, una profunda comunión en la oración”, dijo el papa al término de una semana de retiros espirituales durante la cual reflexionó sobre “el maligno”, los “males del mundo”, “el sufrimiento” y “la corrupción”, informó por su parte la Agencia France Press.