(Agencias) «Me alegraría que otros pudieran tener la oportunidad de considerar si pueden casarse», dijo. El prelado, de 74 años, afirmó que «es un mundo libre y me doy cuenta de que muchos curas han encontrado muy difícil gestionar el celibato».
O'Brien dijo también que entrará dentro del ámbito del nuevo pontífice considerar si la Iglesia Católica Romana debe modificar su postura sobre otros asuntos, que no sean de «origen divino». Sin embargo, consideró que temas como el aborto y la eutanasia constituyen «creencias dogmáticas básicas» de «origen divino» que la Iglesia jamás podría aceptar.
Por otro lado, en cuanto a la renuncia de Benedicto XVI y la elección del nuevo papa, O'Brien opinó que podría ser el momento para escoger a un nuevo pontífice más joven que procediera de algún país en desarrollo. Si bien admitió que «estaría abierto a un papa de cualquier lugar del mundo si pensara que es el hombre adecuado, de Europa, o Asia o África o de donde fuera», señaló que «los cardenales deberían pensar seriamente, habiendo tenido papas de Europa durante tanto tiempo, cientos de años, si no ha llegado el momento de pensar en el mundo en desarrollo fuente de hombres excelentes».