(Zenit/InfoCatólica*) En el mismo anuncio del nombramiento, publicado por la Oficina de Información de la Santa Sede, se especifica que el padre Morerod ha sido nombrado también consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La Comisión Teológica Internacional tiene tradicionalmente como presidente al prefecto de dicho dicasterio vaticano, actualmente el cardenal estadounidense William Levada.
El padre Morerod nació en Riaz, Cantón de Friburgo, el 28 de octubre de 1961. Entró en la Orden de los dominicos en 1983 y fue ordenado sacerdote en 1988. Es uno de los grandes expertos en Cayetano (Tomás de Vio, 1468-1534), maestro general de los dominicos, y uno de los más importantes comentaristas de santo Tomás de Aquino, así como en Martín Lutero, a quienes ha dedicado importantes estudios en la Facultad de Teología de la Universidad de Friburgo, donde se doctoró en 1994. Se doctoró también en Filosofía en el Instituto Católico de Tolosa (Francia) en 2004.
Desde el año 2008, era director del Catholic Studies Roman Program de la University of St. Thomas (St. Paul, Minnesota). Igualmente ha sido redactor en francés de la revista "Nova et Vetera". Es autor de los libros como "Ecumenismo y filosofía" ("Oecuménisme et philosophie", Parole et silence; París- Les Plans, 2004) y "La filosofía de las religiones de John Hick" ("La philosophie des religions de John Hick", Parole et silence; París, 2006).
Comisión Teológica Internacional
En actuación de la propuesta hecha por la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Pablo VI, el 11 de abril de 1969 instituyó, en conexión con la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Comisión Teológica Internacional. La función de la Comisión es ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia. La Comisión se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Los miembros -en número no superior a 30- son nombrados por el Santo Padre por cinco años a propuesta del cardenal prefecto de la Congregación y tras consulta con las Conferencias Episcopales.