Viernes Santo en la catedral de La Almudena

Emotiva acogida en Madrid de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud

Ayer se celebró en la Catedral de la Almudena el acto oficial de la acogida de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. El marco previsto fue el de la celebración de los Oficios del Viernes Santo, que comenzaron a las 17,00 horas de la tarde. La entrada de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud en el Templo provocó en los numerosos fieles allí congregados un gran recogimiento que dio paso seguido a una comunitaria adoración. La ceremonia estuvo presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

(Análisis Digital/InfoCatólica*) Ayer, Viernes Santo, la Catedral de la Almudena fue el escenario de uno de los momentos más emotivos de esta Semana Santa. La llegada de la Cruz al templo fue uno de los momentos más emotivos. Su presencia provocó en los numerosos fieles congregados un gran recogimiento que dio paso seguido a una comunitaria adoración.

El Cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió ayer la Celebración de la Pasión y Muerte del Señor en la Catedral de la Almudena. En su homilía el cardenal de Madrid animó a los fieles a contemplar la cruz y afirmó que la Iglesia nos ofrece la celebración de la Pascua para que tomemos conciencia del amor de Jesucristo. La Catedral congregó ayer a una gran cantidad de fieles a pesar de la lluvia.

El cardenal Rouco comenzó su homilía destacando que la razón de la Pasión de Cristo es la del amor infinito del Padre que entrega a su hijo a la muerte por nosotros para que no pequemos más, para salvarnos del pecado. De esta manera, destacó el abandonó que sufrió Jesús por parte de la gente por el hecho de declararse hijo de Dios, situación que Rouco señalo como fundamental, ya que “efectivamente quien moría en la cruz era el hijo de Dios”.

El arzobispo de Madrid recordó que la Iglesia nos ofrece la celebración de la Pascua para que tomemos conciencia del amor de Jesucristo. “Era el Dios de la misericordia” aseguró el cardenal, que recordó que “la liturgia nos invita a sumarnos con fe y con alma a lo que allí pasó”. Por ello, afirmó, es preciso mostrarle el arrepentimiento al Señor, para que su gracia se viva durante la Pascua. Así, recordó las palabras del Santo Padre en las que decía que Jesús ha muerto por cada uno de nosotros y que su amor misericordioso nos lo muestra en la cruz: "con la resurrección la oscuridad desaparece y triunfa la luz".

El cardenal Rouco destacó que el papel de la Virgen es insuperable e inalcanzable: "Ella era la madre y le acompañó participando de su dolor, padeciendo con Él y muriendo de algún modo con Él. El Viernes Santo es "un día para el amor sin más, que no busca premios, es un día para el amor misericordioso de Dios", dijo Rouco, quien terminó pidiendo a la Virgen María "que nos de la valentía necesaria para mostrar nuestra vida convertida y mostrar la cruz a todos, para que todo aquel que quiera descubir el amor, se abrace a Él en la cruz".

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