(ZENIT/Agencias/InfoCatólica*) Benedicto XVI ha expresado este lunes su “consternación” y dolor por las víctimas del terremoto que ha afectado esta madrugada a la ciudad italiana de L'Aquila, en la zona de los Abruzzos (en la cadena montañosa de los Apeninos).
El seísmo, de entre 5,8 y 6,3 grados en la escala de Richter, tuvo su epicentro en el Abruzzo, a unos 10 km de la ciudad de L'Aquila, y ha sacudido todo el centro de Italia. A última hora del martes, había 228 muertos, 1.000 heridos, 100 de ellos muy graves y unas 70.000 personas sin techo. Además, ayer y hoy han seguido sucediéndose fuertes réplicas del terremoto, en los alrededores de las ciudades de L'Aquila, Barreto y Scoppitto.
En un telegrama enviado al arzobispo de L'Aquila, monseñor Giuseppe Molinari, el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, expresó el “dolor del Papa por las queridas poblaciones afectadas por este trágico acontecimiento”.
En el mensaje, el Papa asegura sus “fervientes oraciones por las víctimas, y en especial por los niños”, e invoca del Señor “el consuelo para sus familias”, además de dirigir “una palabra de ánimo a los supervivientes y a cuantos de diversas formas están trabajando en las tareas de rescate”, y en contacto con Cáritas de otros países.
Por otro lado, el cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, quien se encontraba estos días en Roma acompañando a la delegación de jóvenes españoles que recibió el domingo la cruz de las JMJ en preparación de Madrid 2011, hizo llegar ayer un mensaje al cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova, expresandole sus condolencias en nombre de la Conferencia Episcopal Española.
Sobre las ruinas de edificios destruidos y carreteras rajadas por la mitad, los equipos de rescate siguieron trabajando a lo largo de la noche pasada para encontrar entre los escombros a posibles supervivientes. Entre las medidas del Consejo de Ministros extraordinario figura la declaración de una jornada de luto nacional el día que se celebren los funerales oficiales por las víctimas. El Consejo de Ministros italiano no ha especificado la fecha de las exequias dado que hasta que terminen las tareas de desescombro se desconocerá con exactitud el número de muertos, heridos y desaparecidos.
Prácticamente todas las localidades en torno a L'Aquila, cerca del epicentro, informaron de palacios e iglesias destruidos en sus centros históricos. En la capital de la región se derrumbó una parte del ábside de la Basílica de Santa Maria di Collemaggio, así como la cúpula de la Chiesa delle Anime Sante y la torre de la iglesia de San Bernardino. También se desprendió por el sismo una parte de la fachada de la iglesia de Santa Maria del Suffragio, ubicada en el centro de la ciudad barroca.