(Pablo J. Ginés/La Razón) Belén Cabello, presidenta de la Asociación de Familias para la Acogida, afirmó que "la acogida te cambia el corazón, acoger es acompañar en la búsqueda de infinito, no se puede vivir solo, así que nuestra asociación es una compañía entre familias".
Innovación y competitividad
Desde Uganda llegó Rose Busynge, veterana activista contra el sida en África, que señaló un defecto importante del preservativo: «el condón no hace protagonista a la persona, no nos hace salir de la confusión en que vivimos». Explicó que la persona, incluyendo el enfermo de sida, necesita «vivir la pertenencia a Dios» porque «el yo sin pertenencia se aferra a lo que sucede y luego decae». Explicó varias experiencias de enfermos que se bautizaron tras descubrir a Dios y al cristianismo en medio de su enfermedad.
Juan Ramón de la Serna, director del colegio Newman de Madrid (donde buena parte del profesorado es de Comunión y Liberación), explicó que "aunque nunca como ahora había habido tantos medios materiales en las aulas, nunca antes ha habido tanto fracaso escolar ni tantos profesores desorientados y destruidos". ¿Cómo es esto posible? Porque las teorías impersonales no bastan. "Necesitamos hacer una experiencia personal, vivir la esperanza, algo que sólo se contagia de persona a persona, de corazón a corazón", afirmó el director.
El exceso de teoría fue otro tema de la jurista italiana Marta Cartabia, asesora de la Agencia de Derechos Humanos de la Unión Europea: "en Europa hay un exceso de valores programados pero faltan virtudes practicadas". En ese contexto, la experiencia religiosa debería ser valorada como algo positivo por los estados y la sociedad.
Juan José Solozábal, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Madrid, reconoció que "en buena parte gracias al hecho religioso", el Estado tiene límites que le dificultan practicar la tiranía.
Contra cáncer o espina bífida, humanidad
Pierre Mertens es un belga psicoterapeuta que preside una asociación de niños con espina bífida. Ha vivido esta enfermedad en su hija, que murió a los once años. Se muestra contrario al aborto y a la eutanasia y a la impunidad de eliminar a quien no puede defenderse, mediante una inyección letal legalizada. "El niño no nacido no tiene voz, ¿cómo escucharle?", lamentó.
Blanca López-Ibor también está acostumbrada a casos duros: sus pacientes son niños con cáncer. Pero afirma que "el 76 por ciento de los cánceres en niños se curan". Pide a los médicos que miren al enfermo como una persona completa, humana.