(Efe/InfoCatólica*) "Es urgente la recuperación de la conciencia que impulsa a los sacerdotes a estar presentes, identificables y reconocibles, sea por el juicio de fe, por las virtudes personales así como por el hábito, en la cultura y la caridad, desde siempre al centro de la misión de la Iglesia", dijo.
Según el obispo de Roma, usar el traje eclesiástico tiene un significado de "comunión" con las tradiciones eclesiásticas sin caer en "tentaciones de discontinuidad".
Por ello recomendó favorecer en los sacerdotes, sobre todo en las nuevas generaciones, una "correcta recepción" de los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II, interpretados a la luz de "todo" el bagaje doctrinal de la Iglesia.
Con estas palabras el Papa abordó un debate histórico respecto al Concilio, ya que en ambientes católicos de Europa y América Latina las reformas emanadas de esa reunión de obispos se interpretaron como una "liberalización" de las reglas eclesiales.
Como consecuencia, sobre todo en la década de 1970 y 1980, muchos sacerdotes y religiosas cambiaron las trajes eclesiásticos y hábitos por ropa "de calle". Actualmente incluso algunos obispos suelen vestirse de jeans y camisas.
Durante su mensaje de este lunes, pronunciado en italiano, Benedicto XVI solicitó además "mover las mejores energías" para cuidar la formación de los candidatos al ministerio católico a la luz de los "radicales cambios sociales" de los últimos decenios.
"Se debe estimular la constante cercanía de los pastores hacia sus primeros colaboradores, sea cultivando relaciones humanas verdaderamente paternas, sea preocupándose de su formación permanente, sobre todo bajo el perfil doctrinal", agregó.
Por otro lado pidió vigilar que los nuevos proyectos y estrategias pastorales no minimicen el papel de los sacerdotes por promover, en su lugar, a los laicos ya que –advirtió el Papa- esto sería una "errónea interpretación" de la realidad.
Si se actuara de tal manera, apuntó, se "pondrían los presupuestos para una ulterior disolución del sacerdocio ministerial" y las supuestas "soluciones" a los problemas "dramáticamente" coincidirían con las causas de las dificultades reales de los sacerdotes.