(Zenit/InfoCatólica*) En su conferencia, explicó que esta intolerancia procede "de la nueva y peligrosa tendencia de usar leyes antidiscriminación y de reivindicación de los derechos humanos para atacar el rol de la religión en la vida pública".
Para él, el aumento de la intolerancia ha provocado "el refuerzo del conformismo y la privación del cristianismo de la fuerza de su testimonio público".
Añadió que la Iglesia católica en Occidente está "bajo presión", que existen "intimidaciones y marginación hacia los cristianos que pasan en silencio", y puso como ejemplo los actos de vandalismo contra las comunidades cristianas de California, que se opusieron a la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"En una democracia sana, las personas deberían ser libres de discutir y criticar las decisiones de los demás. La reciprocidad es esencial, pero los laicistas parecen preferir carreteras en sentido único", afirmó el cardenal Pell.
"Los creyentes no deberían ser tratados por los Gobiernos como una minoría meramente tolerada y desestabilizante -concluyó-, cuyos derechos deben estar siempre en segundo lugar frente a instancias laicas".