(Luis F. Pérez/InfoCatólica*) El vaticanista Andrea Tornielli anunció ayer en su blog que mañana se hará pública una carta de siete páginas de Benedicto XVI dirigida a todos los obispos de la Iglesia Católica, en la que abordará el conflicto surgido tras el levantamiento de la excomunión a los obispos de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X.
El Papa reconoce que la medida "ha planteado dentro y fuera de la Iglesia católica un debate de una vehemencia no experimentada desde hacía mucho tiempo" y admite que muchos le han acusado de volver la espalda al Concilio Vaticano II.
El Santo Padre lamenta que la polémica de las declaraciones de Williamson se superpusiera sobre su decisión de levantar las excomuniones a los obispos lefebvristas y admite que le ha causado especial dolor que todo ello afectara a las relaciones con la comunidad judía. El Papa advierte de que la Santa Sede deberá estar más pendiente de la información que aparece en Internet para evitar escándalos similares.
Benedicto XVI reconoce igualmente que el alcance del levantamiento de las excomuniones no quedó suficientemente explicado cuando se hizo pública su decisión. Los obispos de la FSSPX, aun no estando ya excomulgados, no pueden ejercer legítimamente el ministerio episcopal. El Papa admite que hay diferencias doctrinales con la Fraternidad y en ese sentido tiene la intención de poner a la comisión Ecclesia Dei, encargada de la reconociliación del lefebvrismo con el resto de la Iglesia, bajo la tutela de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Papa advierte a la Fraternidad de que la Iglesia no puede "congelar" la enseñanza de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, a la vez que recuerda que dicho Concilio no puede suponer en modo alguno romper con la enseñanza bimilenaria previa de la propia Iglesia, de forma que debe quedar descartada cualquier hermenéutica de ruptura.
El Santo Padre, en la parte más emotiva de la carta, justifica su decisión en base a la necesidad de la unidad dentro de la Iglesia y de dar un signo de misericordia hacia aquellos que en mayor o menor medida estaban fuera de la misma. Benedicto XVI recuerda que el lefebvrismo cuenta, aparte de sus cuatro obispos, con 491 sacerdotes, 215 seminaristas 117 religiosos, 164 religiosas y miles de fieles. "¿Cómo dejarlos a la deriva, fuera de la Iglesia?", se pregunta el Papa.
Benedicto XVI ha levantado, por lo tanto, la excomunión de los obispos lefebvristas con los ojos de un pastor preocupado por la unidad de la Iglesia, que tiende su mano y ofrece la misericordia. Pero este gesto no significa plena unidad, siempre y cuando las cuestiones doctrinales no sean aclaradas.