(Agencias/InfoCatólica*) El arzobispo de Pamplona señaló a los peregrinos que "el seguimiento a Cristo nos lleva a ser mensajeros de una paz auténtica eliminando cualquier atisbo de violencia; nos hace sentirnos responsables ante la falta de solidaridad como atestiguan miles y miles de misioneros que están en primera línea luchando por la dignidad humana con el arma del Evangelio; o como demuestran con obras tantas comunidades cristianas que ejercitan la caridad en momentos de crisis y que, todas a una, se adhieren como una piña a Cáritas".
Francisco Pérez señaló que "los cristianos hemos de salir de cierto letargo y de ciertos complejos que nos hacen sentirnos foráneos en la sociedad" y pidió a los creyentes que no se "arredren" ante la sociedad.
El arzobispo de Pamplona propuso que los cristianos abandonen "ciertos complejos que nos hacen sentirnos foráneos de la sociedad" y defendió que "somos ciudadanos de este mundo y peregrinos que caminan hacia la patria definitiva".
Francisco Pérez dijo que los cristianos deben testimoniar en la sociedad que "lo cristiano y lo católico no contradicen a la ciudadanía, por el contrario, la ennoblecen y la hacen más bella".
El arzobispo de Pamplona pidió a los cristianos que no tengan temor, "aun en medio de tantas tensiones y miedos que parecen querer derrocar al género humano", y añadió que, "quien se asocia con Cristo esté seguro de que vencerá". "Los cristianos no podemos caer en la tentación del pesimismo pues daríamos, además de una fea imagen, un testimonio poco creíble", apuntó.
Recuerdo a San Francisco Javier
En su homilía, Francisco Pérez recordó también a San Francisco Javier, para decir que "todos hemos de sentirnos orgullosos de este navarro que transformó su vida y que dejó a Cristo servirse de él para transformar las vidas de tantos que aun no lo conocían y a los que él acogía hasta altas horas de la noche sin descansar".
Finalmente, el arzobispo de Pamplona se refirió expresamente a los peregrinos llegados esta mañana a Javier. En concreto, animó a los jóvenes a que no tengan "reparo ninguno en darse totalmente a Cristo". "No olvidéis, queridos jóvenes, que si hacéis así no sólo seréis felices vosotros sino que haréis felices a muchos otros", dijo.
Además, invitó "a los esposos a que muestren con su amor la grandeza del amor de Dios y que sus hijos sean un fruto eficaz de ese amor encarnado" y trasladó su "aliento a los mayores para que nunca se dejen llevar por el desánimo". "Por el contrario, consideraos imprescindibles entre nosotros, puesto que vuestra experiencia de vida y de fe nos estimula y nos fortalece", dijo.
Finalmente se dirigió a los sacerdotes, para que no olviden que muchos los miran "con ojos de confianza y, sobre todo, admiran una entrega generosa que haga visible el Reino de Cristo en medio de la sociedad".