(ACI/InfoCatólica*) El Padre Gumpel explicó que su importancia radica en ser un documento escrito. El sacerdote aclaró a Radio Vaticano que "hay numerosos testimonios orales, no sólo de religiosas y sacerdotes, sino también de otros" sobre la labor del Papa Pío XII pero "con frecuencia faltan declaraciones contemporáneas escritas, cosa que ha dado oportunidad a algunos –que siguen atacando a Pío XII– de contestar, diciendo: ‘No hay documentos acerca de que él haya actuado jamás durante la redada contra los judíos romanos el 16 de octubre de 1942’".
"Esto es una falsedad total; lo único que revela es que en tiempos de persecuciones y en situaciones como las que entonces se vivían en Roma, una persona prudente no ponía las cosas ‘negro sobre blanco’, pues existía el peligro de que cayeran en manos enemigas y después se emprendieran medidas todavía más hostiles contra la Iglesia católica", precisó.
El Padre Gumpel agregó que "la obra de salvación de Pío XII –atestiguada también, por otro lado, por muchas fuentes judías– se realizó a través de mensajeros personales –sacerdotes– que eran enviados a diversas instituciones y a casas católicas aquí, en Roma, universidades, seminarios, parroquias, conventos de religiosas, casas de religiosos, siempre con el mensaje: ‘Abrid vuestras puertas a todos los perseguidos por los nazis’, lo que valía en primer lugar, naturalmente, para los judíos".
Según el sacerdote, hay quienes dicen que creerán "en la obra de Pío XII a favor de los judíos sólo si contamos con un documento escrito’. Pues bien, existen dos documentos escritos: uno se envió al Obispo de Asís, monseñor Nicolini, quien lo hizo ver a su colaborador, el reverendo Brugnazzi; ambos fueron después reconocidos por el Yad Vashem como ‘justos entre las naciones’".
"Aquí en Roma –añade– tenemos ahora este documento de la crónica de las Religiosas Agustinas de Clausura" como "una confirmación ulterior que puede ser útil ante aquellos que persistentemente quieren denigrar a Pío XII y con ello atacar a la Iglesia católica", indicó.