(Agencias/Luis F. Pérez/InfoCatólica*) El Senado italiano aprobó por 159 votos a favor, 104 en contra y tres abstenciones una moción por la que se prohíbe suspender la alimentación y la hidratación a los pacientes incapaces de valerse por sí mismos. La moción, que había sido presentada por los partidos del Gobierno (centro-derecha), también contó con los votos favorables de cuatro senadores del Partido Democrático (PD), que es el principal partido de la oposición.
El texto de esta moción destaca el compromiso del Gobierno italiano en "garantizar que, la alimentación y la hidratación, en cuanto formas de apoyo vital y fisiológico finalizadas a aliviar los sufrimientos, no pueden en ningún caso ser negadas por parte de quien asiste a sujetos incapaces de valerse por sí mismos".
La moción también urge a aprobar "normas que garanticen la certeza de curas idóneas y una adecuada asistencia en la fase terminal de la existencia", en "la plena convicción de que en nuestro país nadie más pueda morir de hambre y sed".
El cardenal Lozano Barragán vuelve a condenar el asesinato de Eluana
El cardenal mexicano y presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Javier Lozano Barragán, uno de los más combativos en este caso volvió a expresar su opinión y dijo que Eluana ha pasado a convertirse en un “símbolo de la vida”. “Nadie podrá nunca más retirar las curas a un enfermo terminal. la dignidad de la vida no es negociable. Eluana es un símbolo de la vida”, dijo Lozano Barragán, considerado el “ministro de sanidad” del Vaticano, en una entrevista en el diario italiano “La Stampa”. El cardenal manifestó que llegará el momento en el que se verificará cómo ha sucedido la muerte y si hay responsabilidades. “Que la interrupción de la hidratación y la alimentación equivalga a apagar una vida lo ha dicho siempre la Iglesia y no se puede impedir llamar a las cosas por su nombre”, añadió. Con esas palabras, Barragán reiteró su tesis de que si en la muerte de la mujer ha sido decisiva “la intervención humana” habría que considerar el fallecimiento como “un delito”.