(ACI/InfoCatólica*) "Por ello –dijo– el comunicado que lo acompañaba dejaba muchos aspectos en duda, generando diversas interpretaciones. Además, como se trata de una negociación con otra parte, el documento se encontraba ya en algunos sitios (web) y diarios. No hemos tenido a la mano el control de la comunicación".
Seguidamente, el Director de la Salta Stampa se pregunta "¿es necesario decir todo y todo de una sola vez? Tal vez, de hecho es mejor que no hablar. Una comunicación muy abierta, sobre todo en relación a un proceso de negociación así de complejo, puede a veces bloquearlo, o desacreditarlo".
"Pero en este caso preciso, lo que ha sido más nocivo fue la concomitancia entre el asunto de la excomunión y la difusión de posiciones negacionistas –e injustificables– de Mons. Williamson".
"Sin duda –prosigue el sacerdote jesuita– las personas que han manejado este asunto no tenían conciencia de la gravedad de las proposiciones de Mons. Williamson. Es cierto que las negociaciones se manejaron con Mons. Fellay, pero las posiciones de los otros obispos no se tuvieron lo suficientemente en cuenta. Lo que es seguro es que el Papa las ignoraba".
Tras explicar que es difícil de manejar el hecho de que algunos documentos o temas complicados están directamente en el espacio público, el P. Lombardi señala que "hace falta crear una cultura de la comunicación al seno de la Curia, donde cada dicasterio comunica de manera autónoma, sin pasar necesariamente por la Sala de Prensa, ni emitiendo una nota explicativa incluso cuando la información es compleja".
Al ser preguntado por las "lecciones" aprendidas luego del levantamiento de la excomunión a los 4 obispos, el Director de la Sala Stampa precisa que "si las explicaciones de la nota de la Secretaría de Estado del 4 de febrero hubieran sido conocidas desde la publicación del decreto, nos habríamos ahorrado muchos días de pasión. Sobre todo cuando se trata de temas 'candentes', es preferible preparar bien las explicaciones".
"Sin embargo –concluye– es imposible evitar toda dificultad. Debemos estar preparados para correr riesgos. Y ciertamente no se puede pensar en progresar en un camino de reconciliación sin aclarar las ambigüedades".