(Jesús García/AIN/La Razón) -Hermana María, ¿qué les está pasando a los cristianos de Orissa?
-Están sufriendo una persecución atroz. Empezó el día 23 de diciembre de 2007, cuando atacaron a un sacerdote y a una monja. Luego nos enteramos de que habían puesto precio a las cabezas de los cristianos: un millón de rupias por la de los sacerdotes, cincuenta mil por monja y cinco mil por laico.
-¿Quién inició esa persecución?
-Es un partido político fundamentalista hindú, el BJP. Representa a una minoría y su motivo es que en la India sólo exista el hinduismo, exterminando al resto de religiones. Contando con que los cristianos somos menos del dos por ciento de la población, no es complicado darse cuenta de lo fácil que sería acabar con nosotros.
-¿Cómo se concretaban sus ataques?
-Al inicio de los mismos iban en grupos de 500 personas atacando las comunidades. Cogían a catequistas y les hacían matarse unos a otros. Les ofrecían convertirse al hinduismo, y si decían que no, los mataban con hachas y cuchillos. Hubo algunos que no pudieron resistir la presión y se rindieron. Cuando aceptaban la conversión al hinduismo, les decían: «Mata a ése», y les ponían delante a los que se mantenían en la fe.
Luego utilizaban a estos «conversos» para que los guiaran hasta las casas de los cristianos conocidos. Los han utilizado de guías en la cacería. Han arrasado todos los colegios, los hospitales, los conventos. Cuando empezó a cundir el pánico, los cristianos empezaron a huir a la selva, porque no hay otro sitio de refugio. Allí los asesinos no se atreven a ir, porque hay animales salvajes, no hay comida ni agua. La selva supone para los refugiados una muerte segura, y allí siguen escondidos más de 4.000.
En agosto de 2008 la persecución se activó de nuevo porque una secta maoísta mató a un líder de este partido. Entonces dijeron que en dos días iban a exterminar a todos los cristianos de Orissa. Y arrasaron con todo. Les dio igual que la secta maoísta reconociese la autoría del asesinato, porque ellos han seguido, no durante dos días, sino durante meses, persiguiendo y matando a todos los cristianos. El resultado es que más de 30.000 personas se han quedado sin casa. Los muertos no se sabe cuántos son, porque es imposible contabilizarlos.
-¿Las autoridades hacen algo por evitarlo?
-El Gobierno no ha hecho nada, aunque lo sabe. La hermana Nirmala, sucesora de Teresa de Calcuta, ha ido a ver al primer ministro, porque nuestra fundadora y su obra tienen mucho peso en la India. Intentó arrancarle al primer ministro alguna intervención, pero le dijo que no había pruebas.
-¿Los cristianos huidos aún no han podido volver?
-Están en grandes campos de refugiados, improvisados por parroquias de estados cercanos. La gente está aterrorizada, no quiere declarar. Es que no los han matado de un tiro con una pistola. Los han descuartizado vivos, los han quemado vivos con gasolina y queroseno. Les han hecho atrocidades que los que han sobrevivido no pueden olvidar y no se atreven a movilizarse de nuevo, a pesar de que en los campos de refugiados están sufriendo todo tipo de enfermedades y penurias.
-¿Sigue la persecución?
-En noviembre pasado empezó otra oleada de ataques. Han avisado que quieren exterminar a los cristianos. Ésta puede ser la última.