(EP/InfoCatólica*) En dicha misiva --a la que ha tenido acceso Europa Press--, monseñor Cañizares manifiesta ser consciente del imperativo legal y de su alcance. "Por eso, en nuestros centros, sí se formará a todos nuestros alumnos sobre la base de la verdad de la persona para que sean buenos y honrados ciudadanos que cumplen con los principios y mandatos constitucionales", agrega.
Continúa diciendo que "esto lo van a llevar a cabo nuestros centros, respetando la voluntad de los padres y el carácter propio, con una programación conforme a la Constitución y a la LOE, y en total fidelidad a la visión cristiana del hombre y de la sociedad, en conformidad con la Doctrina Social de la Iglesia que es válida y universal y con la recta razón".
El cardenal toledano explica que "el desarrollo de esta programación adaptada al carácter propio de nuestros centros para todos los alumnos --insisto, respetando el derecho de los padres--, contará con un horario idéntico al que marca la legislación, y será evaluada". "Aseguramos que se contará con materiales didácticos que no contradigan la visión cristiana", subraya.
"Queremos, quede claro, cumplir la Ley escrupulosamente en nuestros centros; no nos hemos negado en ningún momento ni nos negamos ahora en modo alguno a ello: queremos cumplir la Constitución en sus artículos 16 y 27, queremos cumplir la LOE en lo que se refiere a esta materia. Estamos a favor de la Ley y queremos obedecerla", afirma Cañizares en la misiva.
NO COMPATIBLE CON LA VISIÓN CRISTIANA
Paradójicamente, dice, "lo legislado en concreto por los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas Obligatorias que regulan y configuran dicha asignatura, establece algunos contenidos, señala algunos objetivos y exige algunas competencias que no son compatibles con la visión cristiana del hombre que es la que identifica a nuestros colegios y por la que vosotros, padres y profesores, habéis optado".
"Con los Reales Decretos se impone una formación moral y humana determinada, obligatoria, de la conciencia por parte del Estado, no elegida por los padres e impuesta a los centros, que traspasa sus propias competencias y es contraria a la doctrina católica. En nuestros colegios diocesanos defendemos la libertad, dentro y al servicio del bien común", argumenta.
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"Por exigencias del guión", Luis Fernando Pérez