(EP) Sistach consideró que en el occidente europeo se manifiesta una actitud "respetuosa" con las creencias religiosas, pero lamentó que insiste "unilateralmente" en que todas las creencias, "por el hecho de ser algo interno de la persona", han de quedar reducidas "al ámbito de la conciencia" y, sus manifestaciones, al de "los espacios religiosos".
Consideró que la relevancia social y pública de la fe cristiana "ha de evitar una pretensión de hegemonía cultural", lo que "no significa que la Iglesia no haya de ofrecer la verdad en la sociedad", cumpliendo así su misión de ser anuncio del Evangelio.
"Nos toca a los cristianos, nos toca específicamente a la Iglesia, es un deber y una aportación amorosa a nuestra sociedad", dijo Sistach sobre la evangelización, que calificó de "muy urgente y muy necesaria".
Recordó que la Iglesia ha hecho una aportación decisiva en la configuración religiosa, cultural y social del país, con un servicio "de gran magnitud y de mucha importancia", y defendió que "toda sociedad democrática ha de tener grupos religiosos, culturales y sociales que se ocupen de una irrigación espiritual y ética de los ciudadanos".
Sistach puso de relieve que "si la religión se valora negativamente, la laicidad se convierte en laicismo"; mientras que si la presencia de grupos religiosos es concebida positivamente, con una posibilidad de enriquecimiento para las personas y para la "edificación" de la sociedad, la laicidad logra "su significado auténtico de respeto y colaboración para con la realidad religiosa".
El arzobispo de Barcelona hizo un llamamiento a revisar si los cristianos son "suficientemente generosos y creativos" para lograr una presencia "activa y comunicativa" de la fe en "todo el tejido social, cultural e institucional" de la sociedad catalana.
Recuerdo a monseñor Carrera
Al iniciar la misa y terminar la homilía, Sistach deseó que se recupere pronto el obispo auxiliar y vicario general de la Arzobispado de Barcelona, Joan Carrera, que tuvo que ser operado de urgencia el viernes.
Además, pidió al Señor que ayude al país a ser "bien fiel" a las raíces cristianas, y a la Mercè que ayude a los inmigrantes a encontrar trabajo en el país, donde "encontrarán siempre una acogida fraternal".
También tuvo un recuerdo para los difuntos, heridos y familiares del accidente de autobús del sábado del Carmel, en el que murió una niña de 10 años y una mujer de 36, y de los recientes atentados de ETA.