(C. Sánchez/Cope) “Vivimos un momento histórico en el que muchos piensan que no necesitamos de Dios”, lamentó monseñor García-Gasco, destacando cómo “se esfuerzan mucho y con medios poderosos para extender la falsa idea de que Dios no es necesario, con la pretensión de que a Dios se le deje `en el banquillo´ y que la religión católica sea excluida de la vida pública”.
Sin embargo, el cardenal añadió que “Dios está presente en el corazón del ser humano y no puede desaparecer nunca” y precisó que “la religión católica es una fuerza en este mundo para el bien, la salud y el verdadero progreso”.
“Son muchas y poderosas las fuerzas sociales, políticas, culturales y de otros signos, empeñadas en deteriorar las exigencias espirituales y morales del bien común”, aseguró don Agustín. En este sentido, advirtió que “esta tormenta no daña sólo a los cristianos sino que provoca destrozos en la sociedad entera”.
Según el arzobispo de Valencia, “una visión radical y laicista de la sociedad termina por disolver las bases de la misma convivencia”.