(ACI) El Obispo de Bilbao, Monseñor Ricardo Blázquez, reivindicó hoy la desaparición "total e inmediata" de la violencia terrorista, ante la cual "no caben apoyos sociales, ni inhibiciones, ni cálculos tácticos". En este sentido, indicó que el terrorismo "cada día se hace más insoportable" y abogó por que "debe proseguir su deslegitimación histórica, política y ética, de medios y de objetivos".
En la homilía en la Basílica de Nuestra Señora de Begoña, en la capital vizcaína, lamentó que "un año más –y ya son muchos– " la festividad de la Asunción de la Virgen se celebre "con las heridas abiertas de la violencia y con el deseo profundo de la paz".
"No podemos soportar que muchos de nuestros conciudadanos sean insultados y amenazados; o se hayan alejado por el agotamiento y la búsqueda de seguridad", señaló Monseñor Blázquez, para el que la sociedad debe ser "la casa común donde convivan hombres y mujeres que han hecho opciones legítimamente diferentes".
En este sentido, afirmó que las actuales sociedades son "muy plurales" y, por ello, "con respeto mutuo deben edificar su futuro entre todos y para todos". Según advirtió, "cuanto mayor sea la pluralidad, más debemos cuidar los motivos que nos unen".
De este modo, insistió en que la convivencia de "personas y grupos diferentes" requiere, además de una legislación "adecuada", también "magnanimidad, es decir, grandeza de espíritu".
"Sobre amenazas e imposiciones injustas no se construye una sociedad digna del hombre", precisó.
El Obispo de Bilbao exigió que el terrorismo debe "desaparecer", porque "siempre fue inmoral y cada día se hace más insoportable", y planteó que "debe proseguir su deslegitimación histórica, política y ética, de medios y objetivos".
"La actuación conjunta, decidida y perseverante de todos los amigos de la libertad, del respeto a las personas y de la paz sostienen la esperanza de que los esfuerzos alcanzarán pronto su meta", agregó, destacando que, ante el terrorismo, no caben "apoyos sociales, ni inhibiciones, ni cálculos tácticos".
La desaparición de la violencia terrorista significará, en palabras del Prelado, "un inmenso alivio para las personas amenazadas en su vida, en su libertad y en sus bienes", así como "una mayor vitalidad en todos los órdenes" en el conjunto de la sociedad. Por ello, reivindicó "la desaparición total e inmediata de la violencia" y abogó a "trabajar cada día con renovado vigor por la plena pacificación".