(Abc.es) No figuraba en el programa electoral del PSOE, ni formó parte de los objetivos para esta legislatura del discurso de investidura del presidente del Gobierno. Sin embargo, los socialistas quieren llegar hasta el final con la reforma de la actual Ley del Aborto. Será en el inicio del próximo periodo de sesiones del Congreso de los Diputados, en el mes de septiembre, cuando los socialistas empiecen a dar los primeros pasos para llevar a cabo esta polémica iniciativa.
La estrategia ya está planteada, según han informado a ABC fuentes socialistas, al confirmar que esta reforma se llevará a cabo a través de una doble vía. Dos frentes de actuación que tienen como objetivo que el Gobierno socialista no se quede sólo frente a una cuestión que abrirá un duro debate en el seno de la sociedad española.
El primer frente será el parlamentario y se abrirá en septiembre. El Grupo Parlamentario Socialista tiene previsto pedir la creación de una subcomisión dentro de la Comisión de Justicia para estudiar las modificaciones que consideran necesarias hacer en esta Ley, en la que quieren que estén presentes todos los grupos parlamentarios. Se trata, pues, de hacer participe a todos los partidos a través de una fórmula que ya fue planteada por IU.
El segundo frente se refiere a la determinación que podría tener el Ejecutivo socialista, al presentar un proyecto de ley que sería debatido posteriormente en el Parlamento.
Las dos vías de actuación son complementarias, como así lo indican las fuentes consultadas, que precisan que «la petición para la creación de una subcomisión puede ser compatible con la presentación de un proyecto de ley por parte del Gobierno». Una afirmación que deja abierta la puerta a que el Ejecutivo no descarta hacerse oir en este debate y exponer claramente que quiere hacer con la reforma de la Ley del Aborto.
Por lo tanto, de esta estrategia se deduce una cierta cautela del Gobierno a la hora de abordar esta cuestión en solitario. Dejando en primera instancia el debate en manos del Parlamento, pero descolgándose, cuando considere que el momento es el oportuno, con sus propias ideas en esta materia.
Este procedimiento no viene más que a confirmar lo que la propia vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha venido dejando caer en varias ocasiones: la necesidad de crear un grupo de expertos para que revisen el funcionamiento de la ley y hagan las propuestas para «mejorar la legislación», según sus palabras. Pero el pistoletazo de salida para iniciar esta reforma se dio en el 37 Congreso Federal del PSOE, celebrado el pasado mes de julio. Los socialistas desvelaron sus cartas al introducir una enmienda transaccional a la ponencia marco, en la que se apoyaba la creación de un grupo de expertos para actualizar la ley del aborto, recogiendo «las experiencias más innovadoras de las leyes europeas de indicaciones y plazos». El propio presidente del Gobierno llegó a comprometerse en el sentido de plasmar en leyes las resoluciones aprobadas en el último cónclave socialista.
El PP, en contra
La respuesta a este desafío socialista no se hizo esperar. No quiso hacer el anuncio en campaña electoral, porque sabía que podía restarle votos, y lo hacía después de ganar las elecciones generales. Los populares se postularon en contra de esta reforma y ya advirtieron que el debate abierto por los socialistas es «artificial» y trata de desviar la atención sobre la grave crisis económica. Lo dijo Rajoy: «Se equivocan los socialistas si planteando reformas en la Ley del Aborto va a conseguir que se reduzca el pesimismo que genera la crisis económica».