(ACI) En el discurso de orden dirigido a los líderes y más de 1,000 miembros presentes de los Caballeros de Colón en el marco de 126 convención anual de esta organización, el Caballero Supremo Carl Anderson señaló que es deber de los católicos decirle "no" a los políticos que promueven o aceptan el aborto.
El líder de la organización laical más grande del mundo presentó el informe anual durante su convención, que este año tiene lugar en Quebec (Canadá). En un discurso que fue transmitido en vivo a todo Estados Unidos y Canadá por EWTN, Anderson destacó los logros de los Caballeros de Colón durante el último año, y propuso una visión para el futuro en el que la promoción de valores jugará un papel decisivo.
Luego de leer los saludos recibidos por el Santo Padre a través del Cardenal Secretario de Estado, y de los presidentes de Estados Unidos, México y Filipinas, el Caballero Supremo destacó la sorprendente contribución caritativa de la organización a lo largo del año: más de 144 millones de dólares en dinero y más de 68 millones de horas de voluntariado caritativo desplegado por los 1,75 millones de Caballeros de Colón alrededor del mundo.
Durante su discurso, Anderson pidió a los laicos católicos "hacer brillar una radiante línea de separación entre ellos y aquellos políticos que defienden el régimen del aborto de Roe v. Wade"; en referencia a la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que legalizó el aborto.
"Imagínense si este año millones de votantes católicos simplemente dicen 'no'; no a cada candidato de cada partido político que apoya el aborto", dijo Anderson; y agregó que "es tiempo que dejemos de adaptarnos a los políticos pro-aborto, y es tiempo de comenzar a exigir que ellos se adapten a nosotros. ¿Qué candidato o partido político puede soportar la pérdida de millones de electores católicos en esta elección o la próxima?"
El Caballero Supremo concluyó: "los votantes católicos tienen el poder de transformar nuestra política. Y los ciudadanos fieles puede construir una nueva política: una política que no está satisfecha con el estatus quo sino que está dedicada a construir una nueva cultura de la vida". "Existen más de 150 millones de católicos en Norteamérica, y si nos ponemos en pie todos juntos y solicitamos algo mejor de nuestros políticos, podemos transformar la política. Y si tenemos verdadera esperanza en una cultura de vida y una civilización del amor, entonces debemos pensar, y luego actuar, de formas completamente nuevas", dijo finalmente.