(Levante-emv.com) La constitución de fundaciones, como la que tiene en marcha la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata en Xàtiva, es una práctica habitual de los colegios concertados religiosos con varios centros repartidos, que por esta vía buscan la coordinación de la gestión educativa y patrimonial sin que se altere el ideario del centro o la actividad docente. En ningún caso, por la ley de 2002, deberá tener ánimo de lucro.
Otra modalidad es que la orden religiosa, como Jesuitas o Escolapios, tenga personalidad jurídica propia -indispensable para cualquier actividad, como la firma de contratos-, con lo cual pueden recibir donativos directamente.
"Los ingresos de los centros concertados provienen de la subvención de la Conselleria de Educación y de aportaciones (padres, entidades). Las inversiones que no cubre el concierto, como la compra de ordenadores o reformas, se llevan a cabo, en algunos casos, a través de la fundación, que no puede tener beneficios" explicó ayer a Levante-EMV el presidente de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de la Comunitat, Nicolás Sánchez. Se trata de una formula que proporciona "ventajas" fiscales.
Un ejemplo es el de los sesenta colegios dependientes del Arzobispado de Valencia, integrados en una entidad "pía autónoma", la Fundación San Vicente Mártir, que presta a estos colegios servicios laborales, contables, jurídicos, de formación "y cualesquiera otros que precisa el funcionamiento diario de los centros", según subraya la institución en su información promocional. Además, asume la representación de estas escuelas ante la Administración.
La iniciativa tiene ya sus años de rodaje. La mencionada fundación fue creada canónicamente por el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco el 19 de marzo de 1994. Según establecen los estatutos, la entidad "podrá adquirir la titularidad docente, promover, gestionar y asesorar a los colegios diocesanos". El fin último, declara la carta de nacimiento de la fundación, es desarrollar una pedagogía basada en los principios de la doctrina católica.
El proceso es similar al emprendido por la congregación de las Dominicas del colegio Nuestra Señora de la Seo de Xàtiva, entre otros. Como informó ayer este diario, la institución religiosa ha creado la Fundación Educativa Francisco Coll (nombre del fundador de la congregación) para que asuma la gestión administrativa de todos sus centros, la coordinación de los proyectos educativos. El cambio implica la entrada de personal laico en órganos directivos de los colegios.
En el caso de la Fundación San Vicente Mártir, el presidente del patronato es el delegado de Educación del arzobispado, el sacerdote Rafael Cerdá. En el organigrama le sigue un director delegado del presidente. Estos colegios dependen del arzobispado y fueron creados a mediados del siglo XX por sacerdotes.