(VIS) El Santo Padre partirá el lunes 28 de julio a Bresanona, donde transcurrirá un período de descanso hasta el 11 de agosto en el Seminario de esta pequeña ciudad de cerca de 20.000 habitantes, en la región alpina italiana del Alto Adige.
El hecho de que el Papa haya elegido Bresanona “supone una novedad con respecto a los años precedentes”, en los que estuvo en Les Combes (Valle de Aosta) y Lorenzago di Cadore, afirma en una entrevista el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. “Es una localidad que trae a Benedicto XVI muchos recuerdos de su vida”. Además, “es un lugar de especial valor por la cultura de la lengua alemana: lo que llamamos Alto Adige y que en alemán se denomina Tirol del Sur es un punto fundamental para la historia de la cultura de lengua alemana y el Papa, como gran hombre de cultura, se siente a gusto en este lugar”.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señala que durante estas dos semanas en Bresanona “el Papa no tiene previstos compromisos, aparte del ya tradicional encuentro con los sacerdotes de la diócesis y de toda la zona”, que este año será el 6 de agosto”, y el rezo del Angelus los domingos 3 y 10 de agosto.
Después de regresar a Castelgandolfo, el próximo 11 de agosto, el Santo Padre comenzará a preparar los próximos viajes: a Cagliari, el 7 de septiembre y a Francia (París y Lourdes) del 12 al 15 del mismo mes. En octubre tendrá lugar el Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios, “al que el Papa se está preparando. Y es posible que dedique tempo -si todo va bien y se encuentra descansado y en buenas condiciones para trabajar- a la segunda parte de su libro sobre Jesús o a completar su encíclica social, que esperamos desde hace tiempo. O quien sabe si a lo mejor -concluye el padre Lombardi- está pensando en otra cosa: también el año pasado nos regaló la encíclica sobre la esperanza, que en cierto sentido no nos lo esperábamos”.