(Reuters/Ep) La Iglesia Católica en Brasil urgió hoy al Congreso de ese país a que apruebe una la propuesta de enmienda constitucional (PEC) que permitiría expropiar a sus dueños las tierras si se comprueba que en ellas se realiza trabajo esclavo.
La norma comenzó a debatirse en el Congreso en 2001, y necesita dos rondas de votaciones en cada una de las dos Cámaras, pero el proceso está paralizado desde hace cuatro años.
En las áreas rurales de Brasil el trabajo en condiciones infrahumanas o degradantes es un fenómeno habitual. 'El tiempo es propicio para decretar la segunda abolición de la esclavitud en el campo brasileño por medio de la aprobación de la PEC', dijo la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) en comunicado emitido el miércoles por la noche, madrugada del jueves en España.
Entre 1995 y 2007 la Comisión Pastoral de la Tierra y miembros de la Iglesia Católica brasileña que se dedican al tema, registraron numerosas denuncias que afectaban a 50.000 personas, las cuales estaban siendo obligados a trabajar las tierras de las haciendas en condiciones similares a la esclavitud.
Según la Conferencia Episcopal Brasileña, los trabajadores son 'aprisionados por promesas' y 'obligados a trabajar en haciendas, carbonerías y plantaciones de caña, tratados peor que animales e impedidos de romper relación con el empleador'.
El Gobierno brasileño creó en 1995 un grupo móvil de inspectores para combatir esa práctica y en 2003 el presidente de Brasil, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, creó una comisión para erradicar el trabajo esclavo. Sólo en 2007 el ministerio de Trabajo rescató a cerca de 6.000 trabajadores en operaciones contra la esclavitud.
Sin embargo la Conferencia Episcopal Brasileña indicó que esos esfuerzos han sido insuficientes, por lo que reclamó la aprobación de la enmienda que dispone la pena de pérdida de la tierra, allí se constate la explotación de esclavos.
Su aprobación definitiva, precisó, será 'una excelente contribución para que sea barrida de nuestro horizonte una vergüenza que tanto deshonra a Brasil', concluyó.