(VIS) El Papa recibió este mediodía en el Aula Pablo VI a 7.000 fieles de la archidiócesis de Turín (Italia). Antes de la audiencia, el cardenal Severino Poletto, arzobispo de esta sede, celebró la Santa Misa en la basílica vaticana para todos los peregrinos.
El Santo Padre aseguró al inicio "una oración especial al Señor" por las víctimas de las recientes inundaciones en Pinerolo y Cuneo y pidió que "sostenga a cuantos luchan para afrontar esta grave calamidad natural".
En los diez últimos años, dijo, la comunidad diocesana ha realizado "una extensa acción apostólica y misionera, partiendo de un intenso movimiento espiritual centrado sobre todo en la Eucaristía dominical, la adoración eucarística semanal y el descubrimiento de la importancia del Sacramento de la Reconciliación".
Además, continuó el Papa refiriéndose a los fieles, "os habéis preocupado de acercar a los más "alejados". (...) Este compromiso misionero lo seguís compartiendo en el presente año pastoral, año de la "Redditio fidei", cuyo momento culminante es precisamente la solemne profesión de fe que habéis proclamado juntos esta mañana ante la tumba del Príncipe de los Apóstoles".
Tras poner de relieve que el próximo año pastoral lo dedicarán a la Palabra de Dios, el sucesivo, dijo, "se orientará a una contemplación más atenta del misterio de la Pasión de Cristo". En este contexto, anunció que había acogido el deseo del arzobispo de Turín para que en la primavera de 2010 haya otra "solemne "Ostensión de la Sábana Santa", y afirmó de modo espontáneo: "Si el Señor me da vida y salud, espero ir yo también" a visitarla. "Esta será -aseguró- una ocasión muy propicia para contemplar aquel misterioso Rostro, que habla silenciosamente al corazón de los seres humanos, invitándoles a reconocer en él el rostro de Dios".
El Papa alentó a los peregrinos a que "ninguna dificultad, ningún obstáculo frene el amor por el Evangelio de Cristo. Si Jesús es el centro de vuestras familias, de vuestras parroquias y de todas las comunidades, sentiréis viva su presencia y crecerán la unidad y la comunión entre todas las arterias de la diócesis".
"Alimentad, por tanto, constantemente -dijo- la unión con el Señor en la oración y con la práctica frecuente de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y de la Confesión". Preocupaos, añadió, de "asegurar una formación cristiana continua de los jóvenes y de los adultos". Distinguíos por "las obras de caridad y por un esfuerzo coral al afrontar el gran "desafío educativo" de las nuevas generaciones".
Benedicto XVI concluyó pidiendo a la Virgen que "proteja a los sacerdotes y a los agentes pastorales; obtenga a vuestras comunidades numerosas y santas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada; suscite en los chicos y en las chicas el deseo de seguir el alto ideal de la santidad; sea para todos consuelo y apoyo, especialmente para los ancianos, los enfermos, los que sufren y las personas solas y abandonadas".