(Mª José Villanueva/Heraldo de Aragón) La diócesis de Lérida contradijo ayer al nuncio del Vaticano en España al reiterar que la devolución de los bienes a Aragón ordenada por los tribunales eclesiásticos no se puede hacer efectiva sin contar con las instituciones catalanas. En una entrevista publicada ayer por el Heraldo de Aragón, Manuel Monteiro de Castro afirmó que "el asunto de los bienes ya está arreglado. Ahora toca que los obispos se pongan de acuerdo". La máxima autoridad en España de la Santa Sede dejó claro que es una cuestión entre los tribunales de la Santa Sede y los obispos, sin intervenciones políticas. "Las cosas de la Iglesia debemos arreglarlas en familia", declaró.
Sin embargo, las indicaciones del nuncio no han modificado un ápice la postura de la diócesis de Lérida. El vicario general, Joan Ramón Ezquerra, reaccionó a las declaraciones de Monteiro insistiendo una vez más en que el retorno de los bienes pasa por contar con el permiso de las autoridades civiles catalanas. "Lo que siempre hemos dicho es que los obispos pueden llegar a un acuerdo, y conviene que lo hagan, pero no depende solo de ellos, especialmente del obispo de Lérida. No pueden llegar a un acuerdo, diríamos efectivo, sin contar con las instituciones". Y añadió: "Por más que queramos arreglar las cosas en familia, no podemos. Hoy por hoy no podemos ir a buscar las piezas al museo por más familia que queramos ser".
Las 113 obras aragonesas están catalogadas dentro de la colección del Museo Diocesano de Lérida, que gestiona un consorcio formado por la diócesis, la Generalitat, el Ayuntamiento, la comarca y la Diputación. Este órgano invoca la inscripción de la colección en el catálogo del patrimonio cultural catalán para retener las obras. Tras la sentencia de 2005 de la Congregación de los Obispos que obligaba a retornarlas en el plazo de 30 días, ya se apeló a la Ley del Patrimonio Cultural Catalán para impedir cumplir el fallo. Está previsto que el consorcio del museo se reúna a principios de junio para analizar el pronunciamiento del Tribunal de la Rota, según anunció el conseller de Cultura, Joan Manel Tresserras.
"Prefiero no opinar y trabajar"
Por su parte, el obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, reaccionó a las declaraciones del nuncio con prudencia. "Nosotros estamos arreglando las cosas en familia. De hecho, mañana (por hoy) viene aquí Xavier Salinas (administrador apostólico de Lérida) a presentar el catecismo a los sacerdotes de la diócesis".
Milián dijo no saber si el acuerdo de devolución está cerca y prefirió no opinar sobre las declaraciones realizadas la semana pasada por su homólogo de Lérida. En ellas Salinas negó la existencia de un acuerdo y pidió que se haga "menos ruido". "No buscamos la confrontación, pero tampoco compartimos las declaraciones que se han emitido desde la diócesis de Barbastro, porque han dado lugar a preocupaciones y a una dinámica que perturba la situación actual", comentó el prelado catalán.
Alfonso Milián no quiso responder en días pasados a estas manifestaciones. Ayer se limitó a señalar que "personalmente no me ha comentado nada (Salinas), pero a lo mejor tiene razón, sí", por lo que "prefiero no opinar y trabajar". "Me parece que hago mejor servicio no opinando de esto, porque cualquier cosa que se diga se interpreta de una manera, se pone una palabra, se pone un titular..., y hay titulares que han hecho daño".
Salinas, en Barbastro
Los responsables de las dos diócesis tendrán oportunidad hoy de limar las diferencias surgidas en los últimos días por el aluvión de declaraciones que ha provocado la decisión del Tribunal de la Rota. Los prelados se verán en Barbastro con motivo de la visita que hará a la ciudad el administrador apostólico de Lérida.
La razón del viaje no tiene que ver con el pleito ni se espera cerrar un acuerdo. Salinas estará a las 12.00 en la ermita de San Ramón, el lugar habitual de reunión de la diócesis barbastrense, en su condición de presidente de la subcomisión de catequesis de la Conferencia Episcopal y respondiendo a una invitación de Milián para hablar con los sacerdotes sobre el catecismo para niños de 6 a 10 años.
"Es un signo de la buena relación y sobre todo de la comunión eclesial que existe entre ambos obispos, y expresión de lo que es la iglesia diocesana", dijo ayer el prelado aragonés.