(AragonDigital) El cardenal Renato Raffaele Martino, representante de la Santa Sede en Expo Zaragoza 2008, ha destacado este lunes en la presentación del Pabellón de la Muestra Internacional en Roma, que el enfoque que se ha dado al mismo "ha sido una visión positiva del agua, como elemento esencial de la vida y elemento natural muy significativo de la fe católica". El cardenal se refirió a las catástrofes causadas por el agua pero incidió en que "el catastrofismo no es necesario, porque paraliza", y que es necesario un "enfoque práctico y no negativo" por el que se ha apostado en el Pabellón.
La conocida Sala Stampa del Vaticano ha acogido este lunes la presentación del Pabellón de la Santa Sede en Expo Zaragoza 2008, pabellón que ya se presentó en Zaragoza, y que a menos de un mes de la apertura de la Muestra, ha atraído la atención de una treintena de medios de comunicación, entre ellos, corresponsales de medios españoles y latinoamericanos, así como agencias de prensa internacionales y medios de Roma. Este pabellón acogerá 38 obras de arte que pretenden mostrar la trascendecia del agua en la Iglesia y que recorren buena parte de la historia de la humanidad, del siglo IV al XX.
El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, ha resaltado en su intervención los dos motivos de la participación de la Santa Sede en la Muestra Internacional: por un lado, la dimensión metafísica y religiosa del agua y, por otro, el hecho de que “el agua está ligada a la vida del hombre en la tierra y, en consecuencia, afecta directamente a la dignidad del hombre y entra de lleno en la Doctrina Social de la Iglesia”.
Por su parte, el Embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, ha incidido en que la voz de la Iglesia en Expo contribuirá a un mensaje globalizador. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, ha destacado la gran apuesta arquitectónica de la Muestra, su labor divulgativa dado que es una Exposición temática sobre una cuestión esencial y el hecho de que sea una Muestra de valores, aspecto en el que se enmarca la presencia de la Santa Sede. En cuanto a la repercusión territorial de la Exposición, el consejero de Política Territorial, Justicia e Interior del Gobierno de Aragón, Rogelio Silva, ha puesto de manifiesto la ocasión única que supone la Expo para que sus visitantes conozcan las comarcas aragonesas y recorran el pabellón de la región anfitriona.
El responsable de contenidos artísticos, Wifredo Rincón, se ha referido a las 38 piezas expuestas en el Pabellón de la Santa Sede: 12 de ellas procedentes de los Museos Vaticanos, una de la basílica de San Pedro, 19 de las diócesis aragonesas –todas las diócesis estarán representadas- y 6 de diferentes colecciones y museos. Asimismo, ha destacado la presencia de casi todas las artes en esta colección : la arquitectura en el pabellón en sí mismo, la escultura, la pintura, la orfebrería y la tapicería. En el recorrido, la primera pieza es una pintura con la aparición del Espíritu Santo sobre las aguas y las dos últimas, el cuadro de Goya la “Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza”-que sitúa de nuevo a los visitantes en la ciudad sede de la Exposición- y una talla de la “Virgen del Mar" de la localidad aragonesa de Encinacorba. Entre las obras expuestas, figuran también piezas tan representativas como la pila bautismal que sólo el Papa utiliza para bautizar en la Basílica de San Pedro -un regalo para Juan Pablo II en 1996-; el Bautismo de Cristo de El Greco; o el Tapiz del Credo de los Museos Vaticanos.
Joaquín Sicilia, el arquitecto del Pabellón, ha aclarado que una Exposición Internacional "no es un museo –no se va con mucho tiempo para detenerse- por lo que el pabellón ha de ser punta de lanza en todo momento y atraer al gran público". También ha destacado que un paso importante en el proyecto fue " desdramatizar la forma del espacio del pabellón, que era rectangular e ir hacia figuras más orgánicas, que remiten a la maternidad reflejada en los cuadros de Picasso o Matisse".