La Conferencia Episcopal de Japón envió la semana pasada una delegación de cuatro obispos a Roma para exponer al Papa Benedicto XVI "el serio problema" que están teniendo con el Camino Neocatecumenal y su seminario en la diócesis de Takamatsu. Los cuatro prelados desean que el Papa les entienda e intervenga para ayudar a resolver la situación.
Es la tercera vez en cinco meses que los obispos japoneses van a Roma por este asunto: "No nos gusta venir tan a menudo pero tenemos que hacerlo dada la seriedad de la naturaleza del problema que tiene que ser resuelto", dijo monseñor Okada, presidente de la conferencia episcopal japonesa y arzobispo de Tokyo.
Durante la visita ad limina que tuvo lugar en el pasado mes de diciembre, los obispos japoneses expresaron su preocupación no sólo al Papa sino a los responsables de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al frente de la cual está el cardenal Ivan Dias de la India. El arzobispo Okada, hablando en nombre de los obispos japoneses, se expresó en los siguientes términos durante dicha visita: "Otra cuestión es la relativa al Camino Neocatecumenal y el Seminario Internacional en la diócesis de Takamatsu, conocido como Redemptoris Mater. Tenemos aquí un serio problema. En la pequeña Iglesia Católica de Japón, la poderosa actividad sectaria de los miembros del Camino es divisiva y provoca enfrentamientos. Ha provocado una dolorosa división en el seno de la Iglesia. Estamos luchando con todas nuestras fuerzas para solucionar el problema, pero sentimos que para encontrar una solución, la preocupación de Su Santidad por la Iglesia en Japón será de la máxima importancia y extremadamente necesaria".
Sin embargo, el Papa no hizo referencia alguna a esta cuestión en su discurso a los obispos japoneses.
Otra delegación de obispos japoneses volvió a primeros de abril y discutió la cuestión por segunda vez con los responsables de la Congregación vaticana, a quienes encontraron favorables al Camino Neocatecumenal, según informó el arzobispo de Tokyo. Entonces decidieron hablar de nuevo con el Papa Benedicto.
La pequeña diócesis de Takamatsu, situada a 520 kilómetros al sudeste de Tokyo, tiene alrededor de 5000 católicos. El obispo que precedió al actual, Monseñor Fukahori, decidió acoger el seminario del Camino Neocatecumenal. Pero cuando el actual obispo, el salesiano Francis Xavier Osamu Mizobe, decidió cerrarlo, el conflicto fue ya inevitable. El Camino neocatecumenal buscó y logró el apoyo de otro obispo japonés para alojar su seminario en el país, pero la presión de otros obispos le ha hecho dar marcha atrás.
Durante la última recepción papal, que tuvo lugar el pasado 25 de abril, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Japonesa y Arzobispo de Osaka, monseñor Okada, entregó un informe detallado de la situación al Papa. Según Okada, el Papa les recibió durante casi una hora. "Nos escuchó muy atentantamente. Está intentando entendernos. Es muy serio" dijo Okada, quien a continuación añadió que "el seminario diocesano ha de finalizar. La Santa Sede está de acuerdo en que sea cerrado como seminario diocesano este año".
Los obispos, explicó, continuan teniendo "serios y profundos" problemas con el movimiento, debido a su "forma de pensar", su "actitud" hacia la cultura japonesa, la liturgia y ortas cuestiones.
Preguntado si el Vaticano entiende bien la cuestión, el arzobispo Okada dijo que siente que "hay todavía una brecha entre nosotros" pero la situación "está mejorando", para añadir que le había servido de mucho aliento la forma en que el Papa les había escuchado.
Tras Corea del Norte, Japón es con mucho el país asiático donde menos conversiones al cristianismo se producen. Y precisamente una de las características del camino neocatecumenal es su afán misionero, que logra conversiones en países que parecían totalmente cerrados al avance del catolicismo.
