Son miembros de una secta liderada por un esquizofrénico

Encerrados en una cueva a la espera del fin del mundo

El pasado mes de noviembre, los 35 miembros de la secta "La auténtica Iglesia Ortodoxa Rusa" (Penza) se encerraron en una cueva para esperar la llegada del fin del mundo. Aunque estaba previsto que los miembros abandonaran el pasado 28 de abril la cueva, pasada la fecha once personas siguen dentro. El líder de la secta, Piotr Kuznetsov, es un ingeniero de 43 años al que hace varios años le fue diagnosticada esquizofrenia tras proclamar que era un profeta y que recientemente anunció la inminente llegada del Anticristo.

(Agencias/InfoCatólica*) Aunque estaba previsto que los miembros de la secta rusa de Penza (autodenominada Verdadera Iglesia Ortodoxa Rusa) abandonaran el pasado 28 de abril la cueva donde se esconden desde noviembre de 2007, pasada la fecha once personas siguen dentro. Vitali Negodón, uno de los líderes de la secta que ya ha salido del antro, Vitali Negodón, había afirmado a la agencia Novosti que el resto de los sectarios que quedan dentro pondrían fin a su encierro la semana pasada. "Si los que quedan en la cueva no salen en la mañana del 28 de abril, las autoridades por lo visto harán lo máximo para que ellos salgan", dijo.

Según Nedogón, el padre Vasili, líder de los reclusos voluntarios que siguen bajo tierra, pensaba abandonar la cueva tras la celebración de la Pascua ortodoxa (el 27 de abril). "Las reservas de víveres que se tienen allí alcanzan por mucho tiempo. Pero surgió un problema con el agua, cuando se derrumbó una parte de la cueva, en la que se encontraba un pozo", dijo Vitali.

En noviembre del año pasado, los 35 miembros de la secta se recluyeron en una cueva acondicionada por ellos mismos en el poblado de Nikólskoe, distrito de Békovo, provincia de Penza, dispuestos a permanecer allí hasta el mes de mayo de este año, cuando, en opinión de ellos, debe llegar "el fin del mundo". Los sectarios amenazaban con prenderse fuego si alguien intentara sacarlos por la fuerza. A finales de marzo y comienzos de abril, 24 sectarios, incluidos 4 niños, abandonaron la cueva.

Tras el 28 de abril

El pasado 28 de abril la agencia Efe publicaba que otro de los miembros de la secta apocalíptica rusa que espera en una cueva la llegada del fin del mundo aseguró que no abandonarían su encierro el anunciado 28 de abril ni lo harán probablemente antes de la festividad de la Trinidad, a mediados de junio. "Nuestra gente se acercó anoche a la cueva y trató de entrar en contacto con los compañeros. Sin embargo, ni el padre Vasili, líder de los que permanecen bajo tierra, ni ninguna otra persona se comunicó con nosotros", señaló Serguéi, hijo de Vitali Nedogón.

Según el portavoz, tan sólo se escucharon cánticos religiosos, lo cual demuestra que los sectarios mantienen su decisión de no comunicarse con el exterior. "Se puede decir al ciento por ciento que sus planes de abandonar la cueva han cambiado", agregó, citado por la agencia RIA Nóvosti. Oleg Melnichenko, vicegobernador de la región de Penza, situada a unos 600 kilómetros al sudeste de Moscú, aclaró que no fue Negodón, y no los propios sectarios internados en la cueva, quien habló de una fecha de salida.

Una de las mujeres que ya abandonó la cueva afirmó que bajo tierra todavía se encuentran nueve sectarios y aseguró, al igual que Nedogón, que durante el encierro fallecieron dos personas, información que aún debe ser verificada por las autoridades, quienes oficialmente creen que todavía quedan once adultos dentro.

Secta liderada por un esquizofrénico

El pasado mes de noviembre, los 35 miembros de la secta "La auténtica Iglesia Ortodoxa Rusa" se encerraron en una cueva para esperar la llegada del fin del mundo. A finales de marzo y principios de abril, 24 sectarios, entre ellos cuatro niños, salieron a la superficie tras sendos derrumbamientos de tierra. Los miembros de la secta habían amenazado con hacerse estallar si se intentaba sacarlos a la superficie.

En el habitáculo subterráneo los sectarios han hecho acopio de víveres, agua y varias bombonas de gas y bidones de gasolina, suficientes para resistir hasta finales de mayo, cuando según sus cálculos debería tener lugar el Apocalipsis. El líder de la secta, Piotr Kuznetsov, es un ingeniero de 43 años al que hace varios años le fue diagnosticada esquizofrenia tras proclamar que era un profeta y que recientemente anunció la inminente llegada del Anticristo. Un grupo de psiquiatras de la Fiscalía rusa ha declarado que Kuznetsov, detenido por la policía en noviembre, sufre de "demencia".

Kuznetsov intentó suicidarse hace unas semanas y fue golpeado por los sectarios que decidieron abandonar la cueva. Podría ser condenado a tres años de cárcel tanto por crear una organización religiosa por medios violentos, como por incitar al odio religioso y estar en posesión de literatura extremista, aunque lo más probable es que sea recluido en un centro para enfermos mentales. Los miembros de la secta son en su mayoría mujeres procedentes de Bielorrusia y Ucrania. Las autoridades definen al grupo como "una secta ortodoxa radical y apocalíptica". Según la Asociación de Centros de Estudio de Religiones y Sectas, en Rusia existen en torno a 80 sectas y cultos con entre 600.000 y 800.000 miembros, en su mayoría surgidos tras la desintegración de la URSS aprovechando el vacío ideológico y espiritual dejado por la caída del comunismo.

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