(Iñaki Estebal/Correodigital) Kiko Argüello tiene tablas. Se mueve de una lado a otro del escenario, gesticula, cuenta chistes y cita la Biblia. El movimiento que él fundó, Camino Neocatecumenal, tiene más de un millón y medio de miembros, en España y Latinoamérica, y un peso e influencia muy importantes en la jerarquía de la Iglesia católica. Ayer estuvo en el Euskalduna de Bilbao como invitado a las III Jornadas Católicos y Vida Pública, en una acto presidido por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.
-¿Le parece que los católicos tienen miedo de manifestar su testimonio en público?
-Es muy importante que podamos manifestar la verdad de que Cristo ha resucitado y unos católicos lo hacen y otros no. Juan Pablo II y Benedicto XVI son los primeros que han dicho que esto es insostenible, porque estamos en una situación de secularización y tenemos que decir que Cristo ha resucitado y que vive en nosotros.
-¿Qué lugar ocupa la familia en la propagación y en la conservación de la fe?
-Es el centro, el núcleo básico. El Camino Neocatecumenal está ayudando a reconstruir la familia en España y en todo el mundo. Una familia que está muy amenazada, sobre todo por el divorcio, que los hijos lo sufren como traumas para toda la vida. Vivir en una comunidad cristiana ayuda a que las familias no se rompan, las salva. La familia es el lugar donde el hombre aprende el valor del amor. Imagínate cuando los niños oyen a sus padres decirse entre ellos : 'Yo te mato...' Si tienen diez años, los hijos se quedan como subnormales afectivos para toda la vida.
-Pero esas situaciones existen. ¿Qué se puede hacer?
-La Iglesia permite la separación, no el divorcio. Pero lo importante es ayudar a la gente para que no llegue a esos extremos. A una persona que no es cristiana un conflicto en la familia le sofoca y le destruye. El que lleva dentro la vida eterna puede amar a su enemigo.
-Las movilizaciones de Madrid el pasado diciembre, que usted organizó, ¿fueron a favor de la familia o en contra del Gobierno?
-Si hubiéramos querido hacer algo en contra del Gobierno lo habríamos dicho así. Después del 'divorcio express' se han destruido 100.000 familias. Mucha gente está acoquinada, y cree que como todo el mundo se separa, ellos también lo tienen que hacer. Nosotros salimos a la calle para demostrar que hay muchas familias cristianas.
-¿Se puede ser católico y progresista?
-Si se entiende progresista una persona abierta, moderna, amante del arte y de todo lo bello, sin duda ninguna. Si se entiende por progresismo una izquierda atea, obviamente no.
-¿Se puede ser católico y homosexual?
-Sí, perfectamente. La Iglesia permite que una persona tenga una tendencia homosexual pero, como no puede casarse, tienen que ser casto, no puede fornicar. Aunque parezca duro esto de ser casto, no lo es en absoluto. Se trata de una forma de amor a Cristo, también para los homosexuales.
-Con el fenómeno de la inmigración están tomando relevancia otras religiones como el islam.
- La Iglesia reconoce lo que hay de católico en todas las religiones, su semilla de verdad. Compartimos con el islam el amor a un único Dios. Es más, en el Camino Neocatecumenal hay muchos islámicos que se quieren convertir a la fe católica y nosotros dialogamos con ellos. Claro está, para nosotros la belleza del cristianismo es superior.
-Es conocido que usted goza del favor de los obispos y de Roma. ¿ A qué cree que se debe?
-A que el Camino está ayudando a las familias y a los jóvenes, estamos renovando la fe. Además, intentamos que la Iglesia no sea una institución rígida, que esté viva. Aquí, en el País Vasco, hemos tenido problemas con Setién y muchos párrocos nos han bloqueado, pero lo llevamos con humildad.
-¿Cree que la Iglesia vasca debe intervenir en asuntos como la mediación con ETA?
-No sé responderte, porque no conozco mucho el tema, aunque puedo comprenderlo.