El candidato izquierdista Fernando Lugo, obispo suspendido a divinis por el Vaticano por abandonar el episcopado para dedicarse a la política, ganó este domingo la elección presidencial paraguaya y puso fin a 61 años de hegemonía del conservador Partido Colorado. Con más del 90% de los votos escrutados, Lugo ganó la elección paraguaya con 40,8% de los votos, la oficialista Blanca Ovelar obtuvo 30,8% y el general retirado Lino Oviedo 22,0%.
"Les pedimos que nunca nos dejen solos, la democracia la haremos juntos", instó Lugo a la multitud congregada en el centro de Asunción, apenas después de anunciada su victoria por el Tribunal Electoral. "Que este pueblo sea conocido de ahora en más por su honestidad y no por su corrupción" agregó, para concluir agradeciendo a los presentes "por acompañarnos desde el inicio de esta experiencia de la gente pequeña, de esta experiencia humilde, modesta".
Mientras, el presidente saliente Nicanor Duarte prometió colaborar con el ex obispo en el traspaso de poder. "A partir de este momento voy a colaborar para que el traspaso de poder se realice en un marco pacífico, de entendimiento y con espíritu de construcción", dijo. "Hoy tuvimos un revés electoral", pero "quiero resaltar que por primera vez en la historia política de Paraguay se producirá un traspaso de un partido a otro sin derramamiento de sangre, sin golpe de estado, sin violencia", subrayó.
Fernando Lugo, obispo emérito de la diócesis paraguaya de San Pedro, fue suspendido a divinis en aplicación del canon 1333.1 del código de derecho canónico. El decreto de suspensión constataba que debido a que Lugo "ha declarado públicamente ponerse a disposición de encargos políticos o institucionales y hasta ahora no ha cambiado su decisión, con sincero dolor cumplo el deber de infligir a Vuestra Excelencia, mediante el presente Decreto, la pena de la suspensión a divinis". La sanción fue hecha pública en febrero del 2007 por la Congregración para los Obispos, presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re.