(Zenit) E-Cristians, la plataforma cristiana de acción cívica de Cataluña, interpuso en julio de 2007 una querella criminal contra el doctor Carlos Morín, propietario de la clínica Ginemedex de Barcelona, por comisión de abortos ilegales. La querella fue admitida a trámite y en noviembre del mismo año, un registro policial permitió hallar máquinas trituradoras de fetos, expedientes ilegales y otros indicios de delito. Al levantarse el secreto del sumario, se ha conocido, entre otros detalles escabrosos, que el doctor Morín tenía Sida y que a pesar de ello seguía realizando abortos con sus propias manos.
Actualmente, el proceso sigue su curso en lo que podría ser el juicio más importante sobre el aborto que se haya producido en España hasta la fecha. En estos días, el Colegio de Médicos de Barcelona, que hasta entonces se había mantenido al margen del caso, ha acabado por personarse como acusación.
La asociación E-Cristians pide ayuda para poder seguir financiando los costes jurídicos. Su presidente, Josep Mirò i Ardévol, ha explicado a Zenit que la vía jurídica «es el camino para luchar contra el aborto de manera eficaz».
El caso ha conmocionado a la opinión pública española en los últimos meses, coincidiendo con la campaña electoral. Mientras las asociaciones de clínicas abortistas pedían amparo al Gobierno y los grupos proabortistas piden una ley de plazos, las entidades pro-vida han iniciado una movilización en torno a la Jornada por la Vida (31 de marzo) para concienciar a la sociedad sobre la gravedad del problema. En España se registran actualmente más de cien mil abortos al año.
--¿En qué punto está el juicio actualmente?
--Justo en estos días se ha levantado el secreto del sumario. Este es el momento en que las partes pueden pedir al juez nuevas diligencias, que éste puede aprobar o no. Por tanto, aún estamos en proceso de instrucción del sumario. Hasta ahora, mientras existía secreto, nosotros, que participamos como acusación popular, no podíamos incidir en el proceso. Ahora sí, por tanto, aún falta tiempo hasta que se celebre el juicio.
Pensamos que hay áreas que deben ser profundizadas porque se han tratado poco, una de ellas es el área económica, pensamos que hay posible imputación de delitos económicos, y por otro lado la responsabilidad de la administración pública y su departamento de salud en este caso.
--Para seguir con el juicio contra el doctor Morín, E-cristians ha lanzado una campaña pidiendo donativos.
--Sí, claro, porque todo esto tiene un problema, y es que cuesta dinero. Más en la medida en que el caso se ha vuelto extraordinariamente amplio y complejo, porque hasta ahora se trata del juicio sobre el aborto con más imputados que se haya producido en España y puede que en Europa. Y esto requiere recursos económicos. No tenemos capacidad por nosotros mismos de financiar este gasto extraordinario, y por eso pedimos ayuda.
Nuestro principal problema es que con un proceso tan largo, en los próximos meses podríamos encontrarnos sencillamente con que no podemos pagarlo. Y para otras acciones que nos proponemos nos pasa lo mismo. La vía jurídica funciona, pero tiene unos costes que hay que afrontar. Y por eso pedimos colaboración a todas las personas que quieran luchar contra el aborto de una manera eficaz.
--¿Qué acciones se propone E-Cristians?
--Tenemos una propuesta de nuevas diligencias que irán en tres direcciones. Una de ellas, como ya he apuntado, es el ámbito económico, demostrar que se ha producido un delito económico de proporciones importantes; la segunda, se dirigirá a probar que ha habido complicidad, por activa o por pasiva, de la administración, sin la cual no habría sido posible llegar a esta abundancia de abortos ilegales en una vulneración sistemática de la ley. Una tercera acción irá dirigida a aumentar el número de posibles implicados en este caso.
Por otro lado, hemos iniciado una nueva acción en el ámbito de las clínicas de ACAI, asociación de clínicas dedicadas a la interrupción del embarazo , dirigiendo un requerimiento a su portavoz en tanto en cuanto por sus declaraciones y por sus textos, entendemos que ha ido manteniendo una posición que intenta presentar como legal lo que no lo es. El requerimiento es como una acción previa a una acción de naturaleza judicial, estudiando la posibilidad de una querella.
En definitiva, pensamos que, al margen de determinados aspectos morbosos particulares del caso Morín, considerado globalmente, lo que hace Morín como infracción de la ley se comete de una manera sistemática también en otras clínicas.
Y una tercera acción, que no agota lo que tenemos pensado pero que sí puedo adelantar en estos momentos, que está dirigida a las administraciones públicas, concretamente a las comunidades autónomas que tienen transferida esta competencia, a que los restos humanos de los fetos sean tratados de acuerdo con lo que prevé la legislación vigente y no como residuos hospitalarios, porque esto es un atentado a la dignidad del ser humano. No puede ser que a uno le corten el dedo en una operación, y este dedo reciba un trato digno, y que a un feto de seis o tres meses lo traten como a una venda sucia de sangre. Esto no puede ser en absoluto, es indigno.
--El decreto anunciado por el Gobierno sobre el tratamiento de los restos fetales del aborto ¿podría paralizar la investigación del caso?
--No. Lo único que podría hacer el decreto (si es que lo hacen, lo que sería bastante escandaloso) es por ejemplo declarar que los niños nacidos inmaduros (de seis o siete meses de gestación) y que hoy son personas normales, en el momento de nacer no eran personas: si en lugar de nacer hubieran muerto, habrían sido tratadas como un residuo. Este decreto intenta modificar el anterior del año 1977 sobre cómo han de tratarse los restos humanos.
Esto es muy importante para las clínicas, a veces no se entiende que lo que éstas persiguen, como empresas mercantiles que son, es a minimizar los costes, y que la diferencia económica entre tratar estos restos humanos como tales y tratarlas como residuo es considerable. Lo que pretende el Gobierno con este decreto es proteger la cuenta de resultados de estas clínicas. Pero no puede frenar en absoluto el caso Morín, que no tiene que ver con esto sino que es mucho más grave.
Se trata de dos planos distintos. Un aborto puede ser ilegal y por tanto objeto de actuación penal, y sin embargo el tratamiento de los restos humanos puede ser legal (metiendo los restos en la caja adecuada, que sea recogido por una funeraria e incinerarlo o enterrarlo), y al revés, un aborto puede realizarse dentro de la legalidad, y sin embargo tratarse el resto mal, como hacen habitualmente las clínicas. Son dos cosas distintas y el grado de infracción es distinto: es más grave el aborto ilegal que el tratamiento incorrecto de los restos humanos.
--¿Por qué E-cristians ha tomado la decisión de intervenir en este caso?
--Josep Miró i Ardèvol: Porque vimos el precedente del 2004, una investigación parecida a la que realizó en 2006 la televisión pública danesa. Fue el Sunday Telegraph, grabó también la clínica de Morín con cámara oculta, salieron dos grandes reportajes en dos fines de semana seguidos, y aquí no pasó nada, absolutamente nada. No se movió ni una hoja, nadie dijo nada, ni el Colegio de médicos, ni la Fiscalía ni el Departamento de Sanidad. Y nos pareció que el problema tenía una dimensión política, colectiva. Significa que se procedía al aborto ilegal con absoluta impunidad.
A partir de ese hecho nos empezamos a interesar. Después estuvo el reportaje de la televisión danesa, teníamos más información, y lo más importante, la existencia de un testigo protegido, que fue determinante para el caso. Ahora ya hay dos testigos. Y es una demostración del camino que hay que seguir, los testigos han sido determinantes.
--Pero ¿cuáles han sido sus motivaciones?
--La motivación principal es que el aborto es un mal, pero hay muchas otras cosas que son un mal y no hemos actuado al respecto. E-Cristians nació con el objetivo de llevar la concepción cristiana a la vida pública, y por tanto, con una voluntad de intervenir en todo aquello que es público y que por tanto tiene una dimensión política. La cuestión del aborto no nos la habíamos planteado, fue la impunidad que he relatado antes lo que nos llevo a plantear el tema, el escándalo de que España sea un país en el que durante años y años se incumpla masivamente la ley y no pase nada.
Y esta es la razón que ha escandalizado a media Europa sobre la situación española. Lo que ha escandalizado a los medios de comunicación que han intervenido en este caso no es el aborto, porque por desgracia en estos países el aborto está normalizado, sino que en España se pueda abortar libremente haciendo un fraude de ley contra la propia legislación española, esto es lo que no se entiende.
--¿Están ustedes solos en este caso o cuentan con el apoyo de alguna otra asociación?
--Bueno, hubo muchas denuncias contra Morín y alguna querella más. Algunas de ellas se produjeron en el mismo jurado que el nuestro, el 33 de Barcelona. Yo no he visto el expediente, de cuántas denuncias hay y quién las ha puesto. Sé por los medios de comunicación que existe otra querella interpuesta por una organización política, pero no tengo más datos.
--Volviendo al caso del doctor Morín, la clínica Ginemedex, ¿era una excepción en el sistema español?
--No, y por ello intentamos abrir nuevos frentes. Creemos que es una práctica extendida. Curiosamente, lo que parece escandalizar no es la ilegalidad en sí, sino el hecho de que extraigan el feto de 19 semanas vivo y lo dejen morir. ¡Pero es que esto lo pueden hacer legalmente acogiéndose a los supuestos despenalizados! Nos puede escandalizar porque es un aborto, no porque sea ilegal. Por tanto, hay que contar estas cosas, pero hay que explicar que esto también pasa con los abortos legales.
Y en los abortos ilegales, está claro que Morín no es la excepción. Probablemente haya sido una persona que ha llevado la lógica del aborto hasta las últimas consecuencias, pero yo creo que hay muchas clínicas que hacen la trampa fundamental, que es falsear los informes psiquiátricos, y este es el punto fundamental: si existe o no existe la enfermedad por parte de la madre.
Si los datos son ciertos, resultaría que España es el único país del mundo donde habría una plaga de enfermedades mentales en las embarazadas, una especie de epidemia. Esto no se lo cree nadie.
--Lo que más ha escandalizado a la opinión pública es conocer cómo se hace el aborto «por dentro». ¿Cree usted que la gente conoce de verdad la realidad del aborto?
--No, en absoluto. Se ha conseguido que el aborto sea una especie de «abstracto» que soluciona problemas: se entra por una puerta, no se ve lo que pasa dentro, y se sale por otra habiendo solucionado un problema. Y esto es falso, y además se cuenta el cuento de «la pobre mujer, la pobre mujer». ¡La pobre mujer que ha de abortar, no la que no puede abortar! Porque el caso Morín pone de relieve varias cosas: una, que estas mujeres corren un riesgo grave, porque estas clínicas no están en condiciones de hacer frente a diversas situaciones; segunda, que la atención que reciben estas mujeres es deficiente desde el punto de vista médico; tercera, que a veces se olvida: el aborto es un acto contra la naturaleza de la mujer.
Cuando una mujer está embarazada, todo su cuerpo se dirige a proteger al ser que lleva dentro, mientras el aborto es forzar esta situación para que haga todo lo contrario. Cuando llega el parto, el cuerpo de la madre está preparado para sacar este nuevo ser y darle una vida autónoma. Esto explica la brutalidad de los abortos cuando, por ejemplo, si no se puede aspirar y deshacer el feto porque no es suficientemente pequeño, lo que se hace es una dilatación química y mecánica de la matriz, durante un periodo entre cuatro y ocho horas, porque el cuerpo se resiste.
La descripción de este hecho, por sí sola, es una brutalidad. Como es una brutalidad matar al feto con una inyección, como lo es sacarlo vivo y dejar que se muera o aplastarle el cráneo, o como es una brutalidad no advertir del riesgo de hemorragias masivas por la propia naturaleza de la mujer embarazada... En definitiva, que todo esto se haya omitido y se siga omitiendo, y que encima se presente como una ventaja a favor de la mujer, cuando es ella la que corre con todos los riesgos, y que le puede dejar una marca para el futuro. Esto por no hablar de los problemas del postaborto.
Por tanto hay que hacer un esfuerzo, en nombre de la verdad y de la defensa de la mujer, para que se explique en qué consiste realmente el aborto, cuáles son sus consecuencias y sus riesgos y cómo se opera, porque esto va a dar a las personas un juicio sobre lo que deben hacer o no y a lo que se exponen. No se pueden hacer las cosas como se están haciendo ahora, porque esto es simple y llanamente engañar.
--¿Cree usted que la cuestión del aborto debería volver al debate público?
--Es una necesidad imperiosa, y de hecho la iniciativa italiana de la moratoria sobre el aborto ha tenido eco en España. Ha de volver por varias razones: primera, porque lo que se está haciendo es una barbaridad, porque en nombre de una determinada ideología de género que supuestamente defiende a la mujer se la está dejando en realidad sola frente al problema, porque los que están interesados en que aborte van a presionarla, pero es ella sola quien paga las consecuencias.
Además es un desastre desde el punto de vista demográfico. En el centro que dirijo, el Centro de Estudios del Capital Social de la Universidad Abat Oliva, estamos terminando y vamos a difundir muy pronto, sobre el impacto económico a través del efecto demográfico del aborto sobre el desarrollo económico español (la capacidad de generar renta) y sobre la Seguridad Social. Y las cifras impresionan: el aborto, que la representa en España la quinta parte de los nacimientos, hace un daño tremendo en cuanto al crecimiento de renta y de estabilidad de la Seguridad Social.
Es absurdo que un país que tiene grandes problemas con el futuro de las pensiones y que se sitúa en una perspectiva crítica en los próximos años, no se plantee el agujero que está produciendo el aborto. Cada aborto representa una pérdida de capital humano, traducida en términos monetarios, de cerca de 400.000 euros, que sería lo que esta persona aportaría a la renta española a lo largo de su vida activa. Si pensamos que se han producido más de un millón de abortos y que la cifra sigue aumentando, el impacto económico es enorme.
Por tanto, hay razones desde todos los puntos de vista, no sólo desde la defensa de la vida humana y de su dignidad, sino incluso desde el punto de vista meramente material. El aborto es malo desde todos los puntos de vista.
--¿Por qué cree que los dos grandes partidos no se plantean reabrir el debate en ningún sentido, dado que el actual Gobierno tampoco ha parecido hasta ahora muy dispuesto a aprobar una ley más permisiva?
--Ni los partidos grandes ni los medianos. Yo diría que por dos razones distintas. Por parte de la izquierda (si es que este término tiene significación actualmente, más bien la post-izquierda) el aborto es uno de sus símbolos. En el momento en que la izquierda renuncia a la transformación económica y social en busca de una mayor justicia utiliza otros elementos para diferenciarse, ya que en política económica apenas hay diferencia entre unos y otros. Y convierte en símbolos y «fetiches» de progreso cosas tan absurdas como el preservativo, el aborto y cuestiones de esta índole. Es decir, convierte al aborto no en un tema médico, social, económico o psicológico, sino en un tema ideológico, esa «abstracción» de la que hablábamos antes.
Por parte del centro-derecha, la motivación es otra. Como le sucede al Partido Popular y a otras formaciones más pequeñas como Convergència i Unió, lo que sucede es que no tienen una cultura política claramente alternativa a la izquierda. Esto es en el caso español, en otros países no sucede así. Por lo tanto, prefieren no hablar de estos temas, porque no tienen un discurso alternativo a la izquierda. Por esto, cuando gobernó el Pp todo siguió igual y el aborto continuó creciendo.
Yo creo que es una debilidad del centro-derecha español, no creo que tenga que ver con la Transición, que yo viví y en la que participé. De hecho, la actual legislación sobre el aborto, producto de aquellos años, en realidad es muy restrictiva, pero si se incumple cabe todo.
Más información: www.e-cristians.org