(Fides) «El 20 de febrero está prevista la realización de grandes manifestaciones en toda la Cirenaica por lo que el Vicario apostólico de Bengasi ha sido advertido para que deje la iglesia a partir del 13 de febrero y ponerse al seguro», dice Mons. Martinelli.
El Vicario Apostólico de Trípoli traza el cuadro de la Iglesia en Cirenaica. «En los últimos días se han visto obligados a abandonar Derna la Congregación de la Sagrada Familia de Spoleto que estaba allí desde hace casi 100 años, y un sacerdote salesiano polaco, que ha sido objeto de maltratos por parte de algunos fundamentalistas. En Beida otra comunidad religiosa femenina se ha retirado aunque en este caso, por razones internas. En Barce las Hermanas Franciscanas del Niño Jesús dejarán su casa en los próximos días».
«Aquí en Trípoli hasta el momento la situación es relativamente tranquila, pero en la Cirenaica, la atmósfera es muy tensa», afirma Mons. Martinelli, quien añade: «Lamentamos tener que reducir nuestras actividades en esa zona porque hemos construido una relación muy fuerte y hermosa, hecha de testimonio y amistad con el pueblo de Libia, que por desgracia en los últimos tiempos se ve afectado por la presencia de fundamentalistas. Estos no representan la identidad del pueblo libio sino que son una de las muchas expresiones de la sociedad libia de hoy».
«Como Iglesia tomaremos nuestras precauciones, pero no podemos abandonar a los cristianos que permanecen en su lugar. Dos comunidades religiosas se quedarán en Benghazi, una pequeña comunidad en Tobruk y, por último, otra pequeña comunidad de hermanas de la India en Beida», dice Mons. Martinelli, quien concluye: «Nos quedamos empobrecidos, pero llenos de esperanza de que algún día nuestras comunidades se reanudarán con vigor».