(Atlántico) El P.Guillermo Juan Morado ejercerá de anfitrión del P. Jaume González Padrós, director del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona, el próximo lunes en que visitará la ciudad para hablar sobre la aplicación del Concilio Vaticano II a la liturgia. Como director del centro vigués, el P. Juan Morado responde de la elección temática para conmemorar Santo Tomás de Aquino.
- El próximo lunes se celebra Santo Tomás de Aquino y en el Instituto dedicarán el día a la liturgia según el Concilio Vaticano II. ¿Qué relación guardan los temas?
El Instituto tiene tres actos académicos: la apertura del curso; Santa Catalina de Alejandría, patrona de los filósofos, que se celebra en noviembre, y Santo Tomás de Aquino, de los teólogos, el día 28. Coincide que este año se cumple el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, por lo que consideramos debía ser la temática protagonista de la jornada. Concretamente el aspecto relacionado con la liturgia porque fue su primer fruto y lo que más le llegó a los fieles al oficiarse la misa en la lenguas vernáculas.
- González Padrós, el ponente invitado, planteará la cuestión de si los dictámenes sobre el ritual están aplicados. ¿Cuál es su opinión?
Hay que distinguir dos conceptos: uno el de la reforma, referente a los rituales de la misa, que está totalmente alcanzado; y la renovación, aquí hay mucho camino por recorrer.
- ¿A quién le tocan los deberes: a los sacerdotes o a los feligreses?
Nos afecta a todos. La tarea que toca ahora es la de formación bíblica. Es fundamental conocer mejor las Sagradas Escrituras para entender el funcionamiento de la Iglesia, la liturgia, los ritos, la teología que subyace en ella; pero también para conseguir una participación más activa. El rito tiene que conllevar una renovación espiritual, no puede entenderse como algo externo.
- Este también es el año de la Nueva Evangelización de la Iglesia. ¿Es una herramienta más para lograr esa renovación?
La Nueva Evangelización es el anuncio del evangelio, el de Cristo, que siempre es el mismo. Pero ahora la situación ha cambiado. Muchos bautizados han abandonado su fe. Los sacerdotes deben anunciar de otra manera los evangelios para llegar a ellos. Aquí la liturgia juega un papel muy importante al convertir al ritual en una experiencia personal y favorecer el encuentro con la fe.
- González Padrós ve la Iglesia del siglo XXi como pequeñas comunidades de fervorosos. ¿Cómo es la Iglesia viguesa?
En Vigo la presencia de la Iglesia es bastante oculta, silenciosa, pero real y efectiva. En el término municipal hay 50 parroquias y forman parte de la vida diaria como lugar de fe, pero también de encuentro en barrios muy desmantelados. Vigo es secular y está secularizada, pero la conexión entre la sociedad y la Iglesia es real.