(Agencias/InfoCatólica) “Cómo puede sostenerse la cohesión social y la concordia de la vida civil, si se adopta como inspiración de los propósitos de cambio hacia una sociedad más justa una teoría dialéctica según la cual hay que agudizar las contradicciones o crearlas si no existen e identificar y destruir al enemigo”, preguntó el arzobispo.
Aguer se refirió también a los recientes saqueos a supermercados como “problemas crónicos de la sociedad argentina” y aseguró que esos hechos “pueden recibir interpretaciones diversas, opuestas o complementarias entre sí”.
El prelado platense atribuyó esas situaciones violentas a “la indiferencia e insensibilidad de los satisfechos” y también “al resentimiento de los marginados y excluidos, atizado éste por ideólogos y oportunistas que agravan los conflictos”.
"Como base de una situación penosa de fractura social se encuentra la decadencia cultural de un pueblo en el que vastos sectores carecen de educación y de trabajo, quiero decir: de educación integral que no sólo instruya sino que forme a la persona y de trabajo genuino que dignifique a quien lo ejerce y lo incorpore al servicio de la comunidad", opinó.“Decadencia cultural significa desquicio de la familia, disminución y aun pérdida del sentido moral. A la indiferencia e insensibilidad de los satisfechos corresponde el resentimiento de los marginados y excluidos, atizado éste por ideólogos y oportunistas que agravan los conflictos", advirtió Aguer.El prelado lamentó que "como base de una situación penosa de fractura social se encuentra la decadencia cultural de un pueblo en el que vastos sectores carecen de educación y de trabajo, quiero decir: de educación integral que no sólo instruya sino que forme a la persona y de trabajo genuino que dignifique a quien lo ejerce y lo incorpore al servicio de la comunidad".
“Decadencia cultural significa desquicio de la familia, disminución y aun pérdida del sentido moral. A la indiferencia e insensibilidad de los satisfechos corresponde el resentimiento de los marginados y excluidos, atizado éste por ideólogos y oportunistas que agravan los conflictos", advirtió Mons. Aguer.
(Agencias/InfoCatólica) «Cómo puede sostenerse la cohesión social y la concordia de la vida civil, si se adopta como inspiración de los propósitos de cambio hacia una sociedad más justa una teoría dialéctica según la cual hay que agudizar las contradicciones o crearlas si no existen e identificar y destruir al enemigo», preguntó el arzobispo.
Mons. Aguer se refirió también a los recientes saqueos a supermercados como «problemas crónicos de la sociedad argentina» y aseguró que esos hechos «pueden recibir interpretaciones diversas, opuestas o complementarias entre sí».
El arzobispo platense atribuyó esas situaciones violentas a «la indiferencia e insensibilidad de los satisfechos» y también «al resentimiento de los marginados y excluidos, atizado éste por ideólogos y oportunistas que agravan los conflictos».
El pastor explicó que «como base de una situación penosa de fractura social se encuentra la decadencia cultural de un pueblo en el que vastos sectores carecen de educación y de trabajo, quiero decir: de educación integral que no sólo instruya sino que forme a la persona y de trabajo genuino que dignifique a quien lo ejerce y lo incorpore al servicio de la comunidad», opinó.
«Decadencia cultural significa desquicio de la familia, disminución y aun pérdida del sentido moral», advirtió Mons. Aguer.