(La Opinión de Murcia) AES Murcia reivindicó a las puertas de una clínica abortista en la capital, el valor de la vida, diciendo “no” al aborto y proclamando “alto y claro” que no existe un “derecho al aborto”, pues, señalan, “lo que sostiene la moral objetiva y lo que figura en el frontispicio de todas las declaraciones de Derechos Humanos es el derecho a vivir”.
Por tanto, añadieron, “le corresponde a los poderes públicos hacerlo posible y no inculcarlo mediante las leyes que, todos los años, permiten el asesinato legalizado de más de 100.000 inocentes”.
La organización, que celebró también una concentración a las puertas de la clínica Delta Médica de Lorca, pidió, ante estos centros “que cambian vidas por euros y donde la moral se subordina a la caja”, que “los poderes públicos dejen de firmar conciertos con estas clínicas, que dejen de subvencionar la muerte”.
“Hay que evitar que con el dinero de nuestros impuestos, con el dinero de quienes defendemos la vida, se continúe privando de la luz a quienes no son más que indefensos santos inocentes”, explicaron a Europa Press fuentes de la asociación.
Derogación legislación abortista
Nosotros, añadieron, “no queremos ni la llamada Ley Aído, que lleva a la legalidad el aborto libre en España ni la ley de 1985 que defiende, como válida y aceptable, el Partido Popular”. “Defendemos la derogación de toda legislación abortista, de toda legislación que vaya contra la vida”, por eso preguntan a los partidos políticos “si están a favor de que existan leyes que permitan el aborto, total o parcial, absoluto o según que casos, en España”.
AES no cree así que exista un aborto posible y una aborto inadmisible, tras lo que denuncia “la política bajo la vitola de progresismo”, que, a su juicio, “está desmoronando las bases de nuestros valores morales, y la vida ya no es un absoluto intocable”.
Así exigen que los poderes públicos implementen políticas a favor de la vida, que se pongan en marcha acciones concretas para luchar contra el aborto, que se establezcan programas de ayuda para que miles de madres puedan tener sus hijos y que se protejan de verdad los derechos de la mujer embarazada.
Además de que se ayude a las familias para que puedan tener los hijos “que les lleguen”, que se faciliten y aceleren los procesos de adopción, que se enseñe a los niños que la vida es vida desde el momento de la concepción y que “en definitiva, el dinero público vaya a la vida y no subvencione a los centros en los que se comete el infanticidio”. Y es que, concluyen, “merece la pena trabajar por la Vida”.