(Efe) En su homilia el Pontífice condenó el uso de la violencia en nombre de Dios y ha pedido que en lugar de armamento para las guerras lleguen ayudas para los que sufren.
El Obispo de Roma aseguró que «donde no se da gloria a Dios, donde se le olvida o incluso se le niega, tampoco hay paz».
Benedicto XVI añadió que «es cierto» que el monoteísmo ha servido en la historia como pretexto para la intolerancia y la violencia y que «es verdad que una religión puede enfermar y llegar a oponerse a su naturaleza más profunda, cuando el hombre piensa que debe tomar en sus manos la causa de Dios, haciendo a Dios de su propiedad privada».
«Si es incontestable un cierto uso indebido de la religión en la historia, no es verdad, sin embargo, que el 'no' a Dios restablecería la paz. Si la luz de Dios se apaga, se extingue también la dignidad divina del hombre», subrayó.
El Papa explicó que cuando la luz de Dios se apaga, el hombre ya no actúa como hermano, aparece la violencia arrogante y el hombre desprecia y aplasta al hombre, como lo hemos visto en toda su crueldad el siglo pasado.