Simposio de Canónico en la Universidad de Navarra

Carlos Morán afirma que la «socialización de la inmadurez» lleva al aumento de cónyuges que excluyen la indisolubilidad

«Una gran mayoría de los procesos de nulidad afecta a matrimonios que han tenido una vida conyugal muy breve; algunos de ellos incluso han durado menos de un año», indicó Carlos Morán, decano del Tribunal de la Rota en la Nunciatura. Por su parte, Clara de Cendra, psicóloga y perito del Tribunal de la Rota de Madrid, confirmó que muchos casos responden a «una gran inmadurez» en los que «los psicólogos nos planteamos si se hubiera podido evitar el fracaso del matrimonio mediante terapia familiar».

(UnavNoticias / InfoCatólica) Más de 100 jueces, abogados, profesores, psiquiatras y psicólogos han participado en el X Simposio Internacional del Instituto Martín de Azpilcueta, titulado ‘La formación de la voluntad matrimonial: anomalías, patologías y normalidad’, celebrado esta semana en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra.     

Carlos Morán, juez decano del Tribunal de la Rota en la Nunciatura Apostólica de Madrid apuntó que, si bien “hay una dimensión natural del hombre y de la mujer a complementarse en la unión conyugal, que va unida a una capacitación natural para él”, hoy en día se da “una cierta socialización de la inmadurez”.  Por ello, continuó, “habría que preguntarse si quienes se casan realmente tienen la disposición y los resortes de vivencias personales necesarios para un matrimonio. En principio, por la vocación y por la capacitación naturales hay que afirmar que sí, pero hay situaciones que lo desmienten”. 

Amor y capacidad de responsabilidad y sacrificio

En ese sentido, expresó que “la cultura del bienestar ha fomentado el ocio y la comodidad y ha creado un déficit de la formación de la voluntad y la capacidad de responsabilizarse, comprometerse, sacrificarse…”. De este modo, “se habla mucho del amor, pero no tantas veces se entiende y se vive en clave de donación. Tal y como expresaba Ortega y Gasset, amar a alguien es estar ontológicamente con él y no admitir el universo en el que el amado no está presente; quizá muchos no acceden al matrimonio con este compromiso”.

Por otra parte, Carlos Morán apuntó que en los últimos años ha habido “una disminución del recurso a los tribunales de la Iglesia”, especialmente por el proceso de secularización: “Muchos matrimonios, cuando fracasan, no se plantean si ha podido existir alguna causa de nulidad”.   

Con respecto a los principales motivos de las solicitudes, expresó que aumentan las situaciones de simulación por exclusión de la indisolubilidad, es decir, de aquellos “que acceden al matrimonio con la voluntad firme de que no sea para toda la vida, que no se viva con proyección de perpetuidad. Se está instalando una mentalidad de que dura en tanto lo hace el amor, entendido como un mero componente afectivo y psicológico”.

Prevención y terapia de las dificultades matrimoniales 

Clara de Cendra, psicóloga y perito del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica de Madrid aseguró en su ponencia que, en su faceta profesional como terapeuta, cada vez atiende “a más personas que quieren hacer terapia desde el noviazgo porque se dan cuenta de que existe una dificultad. Eso nos ayuda a fortalecerles para el compromiso matrimonial. Por otro lado, en el caso de las familias que acuden con sus hijos, podemos hacer una labor de prevención si resulta necesario”. 

Con respecto a las pericias psicológicas que realiza para la Rota, apuntó que un volumen importante de los procesos tiene que ver “con una inmadurez muy fuerte”, que contrasta con el hecho de que cada vez se accede al matrimonio con más edad. 

Inmadurez y trastornos psicológicos 

“Tratamos de buscar las causas en el desarrollo psicobiográfico –continuó–. La relación que ha mantenido esa persona con padres y hermanos, la dinámica de la familia, los tipos de comunicación, la forma en que se desenvuelve en el plano afectivo… Estos factores nos proporcionan datos de si la persona ha tenido o no estrategias para resolver la principal crisis de identidad que se da al final de la adolescencia y la primera edad adulta, y que conlleva la madurez”. 

En cuanto a los trastornos psicológicos aplicados a las causas de nulidad, Clara de Cendra puso de manifiesto la importancia de “hacer una separación entre la dimensión espiritual, la psicológica y la física para, en la medida de las posibilidades, indagar psicológicamente las motivaciones y parámetros de decisión de la persona, sus emociones, sus miedos… Esto ayuda a discernir si nos encontramos ante un trastorno psicológico o un dudoso ejercicio de la libertad”.

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7 comentarios

Juan Mariner
La inmadurez para llevar a cabo lo que implica el matrimonio canónico debería revisarse "ex ante" por los oficiantes y no "ex post" por los tribunales. Con la aprobación del homomonio, se invita a la reflexión para dar más relive al matrimonio canónico en España, único que nos vale a los católicos.
11/11/12 12:50 PM
Gregory
La inmadurez no tiene edad el punto es afrontar el significado de aprender a crecer para ser en verdad capaces de emprender un nuevo rumbo a su vida
11/11/12 4:45 PM
pedro de madrid
Demasiados los que se casan por la Iglesia sin ánimo de respetar la indisolubilidad canónica matrimonial por falta de formación y apostasía silenciosa, muchos se casan para no disgustar a los progenitores, incluso malo por casi obligarlos, hijo,(debe decir una mádre católica) si no tienes fe no te cases por la Iglesia, es lo mejor; incluso con posterioridad y seguridad pueden casarse.
11/11/12 5:27 PM
Luis
Yo no creo que sea un tema de madurar, como si fueran manzanas. Sino un tema filosófico y moral, ahora la gente se casa no por y para Dios, sino para obtener descuentos fiscales, y beneficios en caso de viudedad. El matrimonio ahora se considera como algo útil, no como un valor en sí mismo. Es un relativismo moral clarísimo, no una cuestión de edades, ni nada por el estilo.
11/11/12 8:08 PM
Percival
El crecimiento de las uniones libres y a prueba demuestra, por el otro lado, que ya no se cree en el amor para toda la vida. O sencillamente: ya no se cree en el amor. Y confirma, tangencialmente, la apreciación que se hace aquí acerca del acceso al matrimonio sin propósito de fidelidad en el tiempo.
La inmadurez es ciertamente un fenómeno cultural. Es un efecto de la cultura light y de lo inmediato. Y la cantinela de todos los medios de comunicación al uso.
Hay que reconocer que la Iglesia tiene por delante no sólo la tarea de la evangelización, sino hasta la de la más elemental humanización.
Y no hablemos de la disposición a postergar la satisfacción y la tendencia a huir del dolor a toda costa. Y de la cruz. Con lo que se huye también de todo verdadero amor...
11/11/12 11:34 PM
Beatriz
Coincido con Pedro de Madrid. Si un hijo mio no es catolico practicante y su novia tampoco, para que presionarlo al matrimonio por la Iglesia? Primero evangelizacion y conversion y despues matrimonio. Mientras no se conviertan es mejor que no se casen. Tambien es comun escandalizarse porque cada vez hay mas parejas que deciden convivir en lugar de casarse. Lo ideal es que no convivan pero a mi me parece que al menos son coherentes con su no-fe. Es pesimo pero es peor tomar un sacramento a la ligera y que cada dia haya mas matrimonios rotos. El matrimonio deberia ser como el sacerdocio, calidad no cantidad.
12/11/12 1:43 AM
Hermenegildo
Luis: resulta innegable que la gente es cada vez más inmadura y el matrimonio, como el sacerdocio, no son sacramentos para inmaduros.
12/11/12 6:18 PM

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