AciPrensa entrevista a Ana Cristina Villa Betancourt

«Cuando una mujer está firmemente arraigada en el Señor y ama a su Iglesia, es escuchada»

La responsable de la Oficina para la Mujer del Pontificio Consejo para los Laicos, Ana Cristina Villa Betancourt, pide a las mujeres a seguir poniendo sus dones femeninos al servicio de la Iglesia. Betancourt asegura, en una entrevista concedida a Aci Prensa con motivo de la reciente declaración de Santa Hildegarda de Bingen como Doctora de la Iglesia Universal, que «no hay distinción entre hombres y mujeres a la hora de quien recibe los dones de Dios».

(ACI) Santa Hildegarda de Bingen fue una religiosa benedictina que destacó en su época por conocer y cultivar la gran mayoría de las artes conocidas en su tiempo. Fue escritora, música y compositora, cosmóloga, artista, dramaturga, sanadora, lingüista, naturalista, filósofa, poetisa, consejera política. Además, tuvo numerosas visiones místicas reconocidas por el Papa. En una entrevista concedida a ACI Prensa, la responsable de la Oficina para la Mujer del Pontificio Consejo para los Laicos alienta

«a cultivar el ejemplo de esta santa mujer, con un profundo espíritu eclesial. Alimentando la reflexión y el estudio con la oración y la vida litúrgica y mirando a la tradición de la teología y la mística medieval, para que las mujeres podamos cultivar la teología y poner nuestros dones femeninos al servicio de la teología y de la Iglesia en nuestro tiempo».

El pasado 7 de octubre, el Benedicto XVI colocó a Santa Hildegarda junto a San Juan de Ávila en la pequeña lista de Doctores de la Iglesia, por su aportación innovadora al camino de la santidad, por la amplitud de su saber, y su intervención en las problemáticas de la religión en su tiempo permaneciendo siempre fiel a la Iglesia. Benedicto XVI ha llamado la atención sobre Santa Hildegarda en numerosas ocasiones, recordando que fue consejera del Papa y los obispos de su época, alentando a imitarla también hoy día. Ana Cristina Villa explicó que el papel de la mujer en la Iglesia es fundamental y complementario al del hombre: 

«cuando una mujer está firmemente arraigada en el Señor, y ama al Señor y ama a su Iglesia, es escuchada, es acogida, no hay distinción entre hombres y mujeres a la hora de quien recibe los dones de Dios, y una mujer santa  puede además traer la particularidad de sus dones, de su manera de acoger al Espíritu Santo».

Santa Hildegarda era una mujer con muchos dones del Espíritu Santo, era una mujer cultivada, pero nunca consideró sus dones como algo propio y privado, sino que los puso al servicio de los demás. Según Benedicto XVI «en eso mismo, se ve la autenticidad del don que ella recibió», expresó. En el Año de la Fe,

«espero que Santa Hildegarda de Bingen nos enseñe a servir y a amar a la Iglesia con todo nuestro ser, con todos nuestros dones, con todos los talentos que Dios nos ha dado, con todo nuestro corazón, con toda nuestra energía, a no dejarnos desanimar por las cosas que no todos ven bien, o que deberían ser diferentes según nosotros, sino seguir amando, seguir entregándonos, y haciendo cada uno lo posible en nuestro lugar».

«Su tiempo no fue un tiempo fácil, había controversias, temores, corrupciones, dificultades, pero ella mantuvo los ojos fijos en el Señor, mantuvo su corazón fijo en servirlo a Él y a la Iglesia, y se entregó con todo su ser. Eso es un aliento, es un modelo que también debemos afrontar en este tiempo, a pesar de los desafíos y las dificultades».

Santa Hildegarda, «es ejemplo para todas las mujeres católicas», concluyó.

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10 comentarios

rastri
«Doña Ana Cristina explicó que el rol de la mujer para la Iglesia es fundamental, y complementario al del hombre, «cuando una mujer está firmemente arraigada en el Señor, y ama al Señor y ama a su Iglesia, es escuchada, es acogida, no hay distinción entre hombres y mujeres a la hora de quien recibe los dones de Dios, ios».
___________

- A doña Ana Cristina le traiciona su subconsciente feminista,.. moderno.

-Pues entiendo que el rol (será la misión) del hombre en la Iglesia sea fundamental; Como así lo instituyó Cristo; Y que el de la mujer pueda ser complementario. Pero nunca que el de ésta sea fundamental y el del hombre sea complementrio.

-Pretender, por otra parte que para Dios, en sus dones, no haya diferencias de entre el hombre y la mujer; equivale a socabar el orden establecido de la universal jerarquía de Dios y sus dones. Sean estos celestiales angélicos atemporales; o temporales racionales o irracionales.

-Por lo que creo entender que Dña. Ana Cristina viene a decir que para Dios tanto vale el máximo don que Él otorga al hombre como sacerdote de su Iglesia; Como así vale el don que Dios otorga a la amujer,.. sin ser sacerdote.

-Y todo esto, no porque lo diga el Génesis en la costilla de Adán; Sino porque por principio evolutivo:

-Dios no puede conceder al hombre los mismos dones que a la mujer y viceversa: Porque el hombre, en tánto y cuánto que éste es hombre definitorio de su humanidad; Siendo el primero en alcanzar su madurez genéticot
29/10/12 7:49 PM
Catholicus
Santa Hildegarda es otro de los enormes ejemplos de cómo una mujer -que conoce su condición fememina y las grandes diferencias con respecto a la del varón. y no ceja en recalcarlas-, las acoge con toda naturalidad y siendo ella misma se convierte en una de las mujeres más influyentes y admiradas de su época.
Con diferencias, pero en similar línea, a las de la Reina Isabel y su obra.

Pero claro, ninguna de ellas vivía en la esquizofrenia feminista del quiero-y-no-puedo que está destrozando a la sociedad y a tantas órdenes religiosas dentro de la Iglesia.

Qué inteligente Su Santidad en llevarla a los altares.
29/10/12 8:23 PM
Enrique G. B. A.
Respaldo plenamente las reflexiones de Ana Cristina.
29/10/12 11:46 PM
Javiergo
Un pecado endémico de la humanidad, de raíces milenarias, es el patriarcado cultural, el dominio, despótico muchas veces y unilateral las más, de una parte del ser humano. Se trata del olvido, a este último nivel, de la actitud pasiva (no quietista ni 'pasivista') del ser humano frente al misterio de la realidad. Esta epistemología masculina es la que nos quiere hacer creer que se puede conocer sin amar. Pero no hay nada más lejos de la verdad. Mirad, hay unos pocos pasajes en San Lucas, que me limito a citar para resistir la tentación de comentarlos (Lucas 1, 29.34.45; 2, 12 y 47-51), en los que el Evangelista deja entrever que María, como todos, poco había entendido de lo que aconteció en Belén, en Jerusalén y en la ciudad de Judá, pero que "guardaba todas estas cosas en su corazón". Esto nos muestra que la comprensión racional no es ni mucho menos el único paradigma de 'inteligibilidad', ni el más elevado. Conservar las cosas en el corazón es mucho más que raciocinar. Las santas, con su alma femenina, y los santos, accediendo a su ánima femenina también, han accedido a la experiencia de lo divino más fácilmente porque se han dejado fecundar, sobrecoger... Esta actitud de dejarse coger, conocer, y de permitir que la experiencia tenga lugar en nosotros, es la más extendida en toda la mística y la espiritualidad cristianas.
30/10/12 1:03 AM
Javiergo
Y esto es así porque toda experiencia, entendida en su sentido más profundo, es siempre 'pasiva', no es proyección, objetivación; por eso el desearla sirve de poco o puede ser contraproducente. Nos viene, como cuando se apareció fulgurantemente Cristo a San Pablo camino de Damasco. Léase también la 'Vida' de Santa Teresa de Jesús. - En todo caso, algo está para mí muy claro, después de haber estudiado Hagiografía durante más de treinta años, y, en concreto, al hilo de esta información, tras haber profundizado en la vida de Santa Hildegarda. Nunca se trata de 'nuestra' experiencia 'sobre' Dios, sino de la experiencia 'de' Dios -en nosotros y a través de nosotros- y de la cual somos conscientes. Necesitamos acceder a nuestra alma femenina. Un saludo
30/10/12 1:04 AM
Enrique G. B. A.
Así es Javiergo.
Para acoger a Cristro como esposo de nuestra alma, para amar la Iglesia que nació del torso herido de Jesús en la cruz, a la manera que la mujer surgió de la costilla del hombre, debemos situarnos en el territorio de una sensibilidad femenina, que no significa afeminarse, sino que el hombre encerrado en una pura masculinidad no halla la ventana para que llegue la iluminación de Dios.
30/10/12 1:09 PM
Katty Reyes De la jara.
Me ha encantado lo escrito por "Javiergo", es todo un regalo. Creo que expresa la más alta "teología" cuando afirma que "nunca se trata de nuestra experiencia de Dios, sino de la experiencia de Dios - en nosotros y a través de nosotros-, y de la cual somos conscientes". Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, y desde hace muchos años, con la maravillosa revelación "La Verdadera Vida en Dios. Encuentros con Jesús" a Vassula Rydén. Por lo menos en una ocasión (seguramente hay más),Dios la llama "mi sacerdote". A mí no me cabe duda que será en el futuro una nueva "santa Hildegarda", o una nueva santa Teresa de Jesús, personas que a pesar de las limitaciones e incomprensiones de su época, ahora son ampliamente reconocidas, aparte de ser declaradas "Doctoras de la Iglesia".
30/10/12 6:53 PM
Javiergo
Así es Enrique. Suscribo cada una de tus palabras. Un abrazo en Cristo Jesús
30/10/12 7:00 PM
Enrique G. B. A.
A Katty, y a los demas lectores, les recomiendo si no lo leyeron en su momento el tema "Los abogados de Vassula Ryden cierran una web crítica" aquí en Infocatólica el 14-5-12 en el blog de Juanjo Romero, comentarios incluidos.
Me quedo con la ortodoxia de Ana Cristina.
30/10/12 8:45 PM
Javiergo
Gracias de todo corazón, Katty, por tus palabras. Y tú, Enrique, qué razón tienes cuando escribes esto: "...debemos situarnos en el territorio de una sensibilidad femenina, que no significa afeminarse, sino que el hombre encerrado en una pura masculinidad no halla la ventana para que llegue la iluminación de Dios". Por esta misma razón, el propio San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia, y uno de los más elevados poetas de todos los tiempos, se pone en el lugar de la alma-esposa en todos sus bellísimos cantos. Un saludo
30/10/12 10:19 PM

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