(EP/InfoCatólica) El Hospital Sant Pau de Barcelona ha elaborado un protocolo de derivación de los abortos, denominados legalmente "interrupciones voluntarias del embarazo", después de que el Patronato de la Fundación que lo gestiona, en que se encuentra el Arzobispado, aprobara no realizar los abortos voluntarios que la ley vigente autoriza. El gerente del centro ha explicado que en el Hospital únicamente asume los llamados “abortos médicos” que se producen en casos complejos de riesgo extremo para la vida de la madre o el hijo.
En junio del año pasado, ante las noticias que recogían la información de que hospitales en cuya gestión participaban representantes eclesiales aparecían en las estadísticas de abortos, el Arzobispado de Barcelona comunicó públicamente que vela para que dicho hospital no practique abortos, y señaló que el centro nunca ha pedido la acreditación como centro autorizado para la práctica de interrupciones del embarazo.
En una entrevista de Europa Press, el gerente del centro, Xavier Corbella ha aseverado que el año pasado, el Patronato de la Fundación de Gestión del Sant Pau, que cuenta con Arzobispado, Ayuntamiento y Generalitat –con mayoría esta última–, aprobó derivar los abortos voluntarios a otros hospitales, pero se acordó elaborar un protocolo para garantizar el derecho que reconoce la ley vigente, en otros centros.
Corbella ha aseverado que en el Sant Pau “no se practican interrupciones del embarazo voluntariamente; se practican interrupciones médicas del embarazo”. “Tú tienes una madre que tiene un riesgo vital, tu vida corre peligro, tu feto es inviable, entonces se practica una interrupción médica del embarazo”, ha señalado el gerente del Sant Pau, que ha aprobado un protocolo de derivación a los hospitales Vall d’Hebron y del Mar de Barcelona de los casos voluntarios que se adecuan a la nueva legislación vigente.
Además, el Hospital Sant Pau renuncia de forma explícita a abortos en casos de enfermedades cromosómicas del feto, como el síndrome de Down y el de Turnessr, independientemente de que implique una discapacidad física o psíquica.
Casos extremos y circunstancias muy particulares
“Si vienes como mujer a realizar una interrupción voluntaria del embarazo”, el caso se derivará a otro centro, pero ha justificado que el nivel de excelencia de la unidad maternoinfantil del hospital obliga a atender casos complejos que, en algunos casos, requieren un ‘aborto médico’.
“No rehuímos la responsabilidad médica, que se da en circunstancias muy particulares, y que son 8 ó 9 casos al año a lo sumo”, ha aclarado Corbella, quien ha explicado que los casos excepcionales, y que el hospital recoge en un documento, son seguidos por el comité asistencial y la comisión médica, bajo los protocolos aprobados.
En un documento interno, al que ha tenido acceso Europa Press, el centro asume el aborto “en el caso de enfermedades maternas graves en las que el embarazo puede ser, con alta probabilidad, la causante de un desenlace fatal, justificado con informes detallados y apoyados por literatura científica actualizada”. También se asume el aborto en aquellos casos en los que se diagnostique una “anomalía fetal” que de forma altamente frecuente se asocie con una muerte fetal o neonatal a corto plazo.
Según el nuevo gerente del Sant Pau, el Arzobispado admite los casos extremos contemplados en el documento y argumenta: “Este centro no practica –la interrupción voluntaria– porque tiene esta condición de que en el patronato está la Iglesia y, por tanto, se acoge a la objeción y nosotros estamos totalmente de acuerdo y los profesionales también”. “Otra cosa es que los profesionales lo que sí que no encontraríamos normal es no poder realizar una interrupción medica del embarazo cuando la vida de la enferma corre peligro o el feto, porque es una actitud médica un procedimiento médico”, ha señalado Corbella. .