(Efe) En la asamblea participarán seis patriarcas de iglesias católicas de rito oriental, 49 cardenales, tres arzobispos mayores y 71 arzobispos. Entre padres sinodales, como se llama a los obispos asistentes, expertos, oyentes, invitados de otras iglesias cristianas, ayudantes y traductores, en el Sínodo participarán un total de 400 personas.
El Sínodo será abierto por Benedicto XVI el domingo 7, con una misa solemne durante la cual proclamará doctores de la iglesia al santo español Juan de Ávila (1499-1569) y a la santa alemana Hildegarda de Bingen (1098-1179).
El 21 de octubre, Benedicto XVI proclamará siete nuevos santos, entre ellos la española María del Carmelo Sallés y Barangueras y el domingo 28 clausurará el Sínodo con una misa solemne.
Además del Sínodo, el papa abrirá el Año de la Fe el próximo 11 de octubre, el mismo día en que comenzó hace medio siglo el Concilio Vaticano II.
A la ceremonia, precisó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi, asistirán 69 obispos que participaron en ese evento.
El Sínodo para la nueva evangelización contará con tres presidentes, los cardenales Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara (México); el chino John Tong Hon, obispo de Hong Kong, y Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa.
En la asamblea participarán representantes de 15 iglesias y comunidades eclesiales cristianas que no están en comunión con Roma, entre ellos Rowan Douglas Williams, arzobispo de Canterbury y Primado de la Iglesia Anglicana, y el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.
También asistirá el hermano Alois, prior de la comunidad de Taizé, y el protestante suizo Werner Arber, presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias.
Entre los laicos asistirán el español Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y el uruguayo Guzman Carriquiry, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina.
La Santa Sede considera que la secularización, la emigración, la globalización, la crisis económica, la proliferación de sectas religiosas, el consumismo, el nihilismo y el hedonismo obligan a una nueva evangelización, de ahí la convocatoria de este sínodo.