(InfoCatólica) Esas secuelas han supuesto para DYG (iniciales del nombre de la afectada) una discapacidad del 33% tras dos intentos de suicidio, sumado a depresión aguda, anorexia y epilepsia, más pérdida de visión que le impide conducir, etc. etc. Todo ello ha sido no ha sido tomado en cuenta por la jueza, quien archivó su causa la semana pasada a instancias de la clínica Dr.Juan Reyes, propiedad del hermano de un concejal de Coalición Canaria.
Más aún, la demandante ha manifestado, en una entrevista televisada, haber sido retenida contra su voluntad para practicarle el aborto cuando gritó que no quería, antes de ser anestesiada. Todo ello confirma nuestro aserto de que el aborto es la peor forma de violencia contra la mujer, con la agravante de estar siendo ejercida por sus propias congéneres.»
Esta psicóloga especialista en el Síndrome post-aborto y directora de No Más Silencio España, Pilar G. Vallejo, considera el aborto como una guerra contra la mujer, fruto de una ética machista de control, dominación y posesión de la propia vida y la de los demás, que ha sido asumida por la mujer, convirtiéndola en agente de esta cruel violencia contra sus congéneres embarazadas. Todo ello como consecuencia del Síndrome post-aborto, cronificado y masificado socialmente por 27 años de aborto descontrolado, que se caracteriza, a menudo, por una fobia a las embarazadas y el deseo de ver frustrada su maternidad. De ello es muestra el caso de DYG.