(Peru21/InfoCatólica) Natale Amprimo es el abogado del Arzobispado de Lima en su litigio con la universidad rebelde.
- ¿Por qué se hizo abogado?
Hasta cuarto de media quería ser aviador. Pero entonces tuve como profesor de Educación Cívica a Juan Carlos Román Torero, un joven abogado que nos enseñó la Constitución de 1979 y parte de los códigos Civil y Penal. Esto hizo que cambiase mi vocación y me interesase por el Derecho, lo que fue una sorpresa incluso para mi familia –donde no hay abogados– pues me interesaban más los números que las letras.
- Usted llama ‘Universidad del Fundo Pando’ a la PUCP…
Mis amigos de la ex-Católica –porque hasta la Conferencia Episcopal la llama así en su último comunicado– se han sentido ofendidos. No deberían, es una descripción gráfica de lo que está pasando.
- ¿Cuál es la solución?
Los cambios estatutarios que propone la Santa Sede no son traumáticos. Hoy, las cosas están así porque sus autoridades incitan a la violencia. Primero dijeron ser parte de la iglesia y, cuando no les convino, dijeron «ya no»; cuando ya no tuvieron argumentos legales y los de la razón, personalizaron el problema y dijeron que no les gustaba monseñor Cipriani.
- La Católica dice que ella se rige por las leyes peruanas…
No hay incompatibilidad entre la legislación eclesiástica y la peruana. Tan es así que en el Perú hay ocho universidades acogidas a la legislación eclesiástica. Aquí se habla mucho de la Ley Universitaria de 1969, dada por Velasco, pero hasta allí hay un artículo que dice que el rector de la Católica se seguirá eligiendo por su normativa propia. Y qué decía esa normativa propia: «El Gobierno supremo de la universidad compete al Episcopado del Perú y a la Santa Sede».
- Pero en el acuerdo entre el Perú y Roma, de 1980, se dice que la Iglesia, en educación, se somete a la legislación peruana…
La legislación peruana reconoce que el concordato contempla un régimen jurídico –aplicable a las universidades– independiente de la legislación común. ¿Qué decía este acuerdo? Que correspondía al Consejo de Gobierno «velar por el cumplimiento de las normas canónicas que rigen la vida de las universidades, interpretar el estatuto y proponer a la Santa Sede las eventuales reformas». Es decir, solo a la Santa Sede le correspondía variar los estatutos… algo que la Católica desconoció.
- Para el Arzobispado, ¿la Católica es de la Iglesia?
No solo para el Arzobispado, también para la Santa Sede y para la misma universidad. Hay documentos de la propia universidad que lo reconocen. Se lo explico. Esta se fundó en 1917 en el interior de la Iglesia, con previa aprobación del Arzobispado de Lima e indicación de la Santa Sede. En ese momento, las normas de la Iglesia señalaban que toda institución que se formara en su interior era de derecho público eclesiástico.
- Es decir, ¿desde su fundación, la PUCP es de la Iglesia?
Sí. De lo contrario, cómo se explica que, en junio de 2011, Marcial Rubio, rector de la PUCP, haya enviado una carta a la Conferencia Episcopal donde a la letra dice: «La Pontificia Universidad Católica del Perú es una institución de la Iglesia Católica». Es decir, ¿hace un año eran de la Iglesia y ahora ya no?
- Marcial Rubio ha declarado que el interés de Cipriani es meramente patrimonial…
Mire, ni un solo centavo de la universidad irá ni puede ir a la Iglesia, porque todo debe ser en provecho de ella. Lo único que pide la Santa Sede son controles, claro, dentro de ellos y como es natural, que el dinero de la universidad sea debidamente invertido.
- En el caso de la herencia de Riva Agüero, se señala que, al ser los bienes ya propiedad de la PUCP, esta puede disponer de ellos libremente…
La Ley Universitaria señala, en su Art. 83: «Los bienes provenientes de donaciones y legados quedan sujetos al régimen de quien los donó y los legó». Leamos el testamento de Riva Agüero: «Para el sostenimiento de la Universidad Católica de Lima, a la que instituyo por principal heredera, y para los demás encargos y mandas, pongo como condición insustituible, y nombro (una Junta) como administradora perpetua de mis bienes». Aquí hay dos niveles: los bienes que dejó Riva Agüero son de la universidad, pero se administran de acuerdo a cómo este ordenó. Segundo, la universidad es propiedad de la Iglesia, y esta tiene normas de fiscalización sobre quienes la componen para velar por que una institución que se presenta como ‘pontificia’ y ‘católica’ guarde coherencia.
- ¿Cuándo recuperará la Iglesia el manejo de la PUCP?
Eso no me corresponde decirlo. Solo le digo que la Iglesia tiene dos mil años. En ese tiempo nunca perdió una batalla, y esta no será la primera.