(Reuters) Kashgari adujo que había cosas que le gustaban y que no le gustaban del profeta de los musulmanes.
«En los próximos dos meses el Consejo de la Shura -una especie de parlamento sin poderes legislativos- dará a conocer los resultados de un estudio del marco legal para combatir las críticas a los pilares de la Sharia islámica», afirmaron fuentes que conocen la cuestión a 'al-Watan'.
Las mismas fuentes precisaron que podría haber «severos castigos» para quienes violen estas normas. La crítica penada por ley incluye a «la figura del profeta y a personajes y clérigos del islam», añaden. «Las regulaciones son importantes en estos momentos porque se han observado numerosas violaciones en las redes sociales y en Internet en los últimos meses», concluyen.
Arabia Saudí está controlada por clérigos wahabistas, que se rigen por una estricta interpretación de la ley islámica suní. Para el Wahabismo, la blasfemia puede ser castigada con la muerte.
El caso de Kashgari provocó un intenso debate en el país, estrecho aliado de Estados Unidos durante décadas y líder mundial de la exportación de petróleo, sobre si el arrepentimiento debía ser motivo para indultar a un condenado a muerte.
Kashgari salió del país en Febrero, días después de sus comentarios en Twitter, pero fue arrestado poco después por la polícía en Malasia, cuando se disponía a viajar a Nueva Zelanda. A pesar de que se declaró arrepentido de sus palabras, ha sido deportado a Arabia Saudí y permanece detenido y a la espera de juicio.