(Efe) La Fiscalía explicó por su parte que las tres jóvenes integrantes del grupo son acusadas de vandalismo, según el artículo 213 del código penal, por atentar contra los valores tradicionales de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Según la acusación, las tres jóvenes conspiraron «para cometer un acto de vandalismo por motivos de odio religioso y animosidad contra un grupo social», en referencia a los creyentes ortodoxos, según informan las agencias rusas.
El pasado 21 de febrero las encapuchadas componentes de Pussy Riot penetraron en una zona restringida del altar del principal templo ortodoxo ruso desde donde se ofician las homilías, imágenes que han visto cientos de miles de personas en youtube.
Además, las tres mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
La Iglesia Ortodoxa rusa reaccionó indignada ante la profanación del lugar sagrado y pidió un severo castigo contra las mujeres, que han sido detenidas y podrían ser condenadas a varios años de cárcel.
Precisamente, la airada reacción de la IOR, que considera el incidente parte de la mayor campaña anticlerical desde la caída del Comunismo, ha sido calificada de desmesurada por muchos personas, que critican la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en la sociedad.
Varios integrantes de Pussy Riot, cuya liberación ha sido demandada por numerosos opositores, activistas de derechos humanos, intelectuales y cancillerías occidentales, ya habían sido detenidas en enero por actuar sin autorización en la mismísima Plaza Roja.