(Gaudium Press) «La Fe que celebramos en la misa nos impulsa a salir y a educar niños en nuestras escuelas Católicas y universidades, curar enfermos en nuestros hospitales, alimentar a los hambrientos en despensas alimenticias y comedores comunitarios, y construir el Reino de Dios a través de las miríadas de buenas obras realizadas por nuestros Caballeros de Colón, Sociedades San Vicente de Paúl y otras organizaciones caritativas», declara el prelado señalando que esas realizaciones son también ejercicios y expresiones de la fe, y que deben poder ser realizadas bajo los principios de la fe católica.
En sentido contrario, asevera el obispo Jenky, «todos sabemos que nuestra libertad religiosa está bajo un ataque directo articulado por el Mandato del [Departamento de] Salud y Servicios Humanos. A pesar de su estrecha cláusula de exención, el mandato fuerza a las escuelas católicas, universidades, hospitales y grupos caritativos a proveer cubrimiento de seguro de drogas que inducen al aborto, contraceptivos y esterilización. Esto es contrario a nuestra misión Católica, y viola nuestra libertad religiosa», resalta.
En la carta, el prelado anunciaba también su participación en la «Fortnight for Freedom» (Quincena por la Libertad), jornada promovida por la Conferencia Episcopal Americana entre el 21 de junio y el 4 de julio pasado para «crecer en el entendimiento de aquello que la Iglesia enseña sobre libertad religiosa, y un tiempo de oración y acción dedicada a su protección».
Sobre el mismo tema ya se ha pronunciado el obispo en diversas ocasiones, como en las fuertes declaraciones con bastante repercusión en los EE. UU. y el exterior expresadas en abril pasado.
En dicha ocasión, el prelado afirmó públicamente que «la Iglesia sobrevivió invasiones bárbaras. La Iglesia sobrevivió ola tras ola de jihads (guerras santas islámicas). La Iglesia sobrevivió la era de la revolución. La Iglesia sobrevivió el nazismo y el comunismo», y que igualmente «en el poder de la resurrección, la Iglesia sobrevivirá el odio de Hollywood, la malicia de los medios de comunicación y la maldad embustera de la industria del aborto». Aludiendo al mandato contraceptivo, Mons. Jenky dijo entonces que «la Iglesia sobrevivirá (...) incluso al desprecio calculado del Presidente de los Estados Unidos, sus burócratas nombrados en el departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés), y de la actual mayoría del Senado federal».
Haciendo a referencia a personajes públicos que afirman ser católicos pero que actúan en contra de las convicciones de la Iglesia, el prelado pedía «que Dios tenga misericordia de las almas de aquellos políticos que fingen ser católicos en la Iglesia, pero en su vida pública, como Judas Iscariote, traicionan a Jesucristo por la forma en que votan y la forma en que voluntariamente cooperan con el mal intrínseco».