«Estoy muy contento, he estudiado mucho y me he preparado para este día», destacó. A partir de ahora podrá bautizar, presidir bodas y entierros, dirigir actividades de la catequesis y realizar parte de la consagración. Hasta ahora López ya había realizado celebraciones religiosas en la Cellera de Ter y Osor, entre otras poblaciones.
El diácono es una persona que puede estar casada y que recibe el primer sacramento de la orden sacerdotal por imposición del obispo. No son sacerdotes y su función es ayudar a los obispos y colaborar con el presbiterio diocesano. Sirven el altar, proclaman el evangelio, pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio, así como repartir la santa eucaristía, presidir funerales y llevar a cabo el ritual litúrgico propio de la iglesia católica. Si se da el caso, como el López, pueden administrar parroquias y otros servicios.
(Agencias/InfoCatólica) El nuevo diácono se preparó durante más de ocho años en el Institut Superior de Ciències Religioses de Gerona. Recientemente declaró que el trabajo de policía y su labor en la iglesia son «compatibles», puesto que las dos tienen la vocación de «servir». El diácono permanente aseguró estar «muy contento. He estudiado mucho y me he preparado para este día».
Los diáconos permanentes sirven el altar, proclaman el evangelio, pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio, así como repartir la Santa Eucaristía, presidir exequias y oficiar celebraciones de la Palabra. En caso de necesidad, pueden administrar parroquias.