(Efe) En la entrevista, facilitada a Efe por el semanario italiano, el cardenal Bertone trata el escándalo de las filtraciones de documentados reservados enviados al papa Benedicto XVI y a su secretario, publicados por la prensa italiana e incluso en el libro «Sua Santita», de Gian Lugi Nuzzi, que ha desatado una fuerte polémica. Por estas filtraciones se encuentra detenido el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele.
El prelado señaló en la entrevista que las medidas de Benedicto XVI para acabar con los casos de clérigos pederastas demuestran su deseo de acabar de raíz con ese crimen y muestra la capacidad de la Iglesia de «autoregenerarse». «Es evidente que la Iglesia es una roca que resiste a las borrascas, es un punto de referencia en todo el mundo y se intenta desestabilizarla», señaló el cardenal. El purpurado agregó que se intenta dividir a la Iglesia y a los cardenales y presentar una imagen de la curia que no es cierta.
«En la secretaria de Estado entre todos los colaboradores hay unidad, un compromiso que no existe en otros ámbitos. Nos reunimos sistemáticamente en un clima de unidad, que es lo contrario de lo que presentan los medios de comunicación», agregó. Según el Secretario de Estado del Vaticano, «no tiene» conocimiento de que algún cardenal esté implicado en ese escándalo «o de luchas de poder entre personalidades eclesiásticas para conquistar un falso poder».
El cardenal señaló que el Papa está triste y dolido por el gesto de su mayordomo. «El Papa nos ha pedido varias veces, de manera afligida, una explicación sobre el gesto de Paolo Gabriele, al que ama como a un hijo. Las investigaciones siguen y la comisión compuesta por los cardenales Herranz, De Giorgio y Tomko demuestran la voluntad de Benedicto XVI de llegar hasta el fondo, aseguró.
El cardenal Bertone dijo que vive este escándalo «con dolor», ya que sabe que está en el «centro de la trifulca» e insistió en que el objetivo es «separar, crear división entre el Santo Padre y sus colaboradores».
Sobre la destitución del economista italiano Gotti Tedeschi, al frente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado banco vaticano, Bertone dijo que se debe a un «deterioro» de las relaciones entre los consejeros de dicha entidad y no a problemas relacionados con la transparencia de la misma. El «número dos» del Vaticano reiteró que el IOR se ha dotado de normas contra el reciclaje y denunció que hay muchos dispuestos a desacreditar este instituto.