(Fides) Quedan allí alrededor de mil personas de las más de diez mil que vivían antes del inicio de los actos de violencia. Maurice Bitar ha sido asesinado por un francotirador, junto a otros tres hombres, al salir de casa para ir a comprar el pan para su familia. Los habitantes cristianos de Qusayr, señalan fuentes locales de Fides, sufren hostigamientos como la prohibición de salir a la calle o la obligación de «ceder el paso» si se encuentran con un musulmán, «como en los tiempos del califato Otomano», señala la fuente de Fides.
De hecho, la oposición armada, según lo confirmado por numerosos observadores en Siria y en el extranjero, poco a poco se está dirigiendo hacia una ideología sunita extremista, de marca salafista. Las bandas y grupos militares que operan de forma totalmente independiente fuera de la coordinación del Ejército de Liberación de Siria son numerosas.
El ultimátum lanzado por la facción de Abdel Salam Harba, por ejemplo, no ha sido ratificado por otros grupos: en un comunicado enviado a la Agencia Fides, la coordinación del Ejército de Liberación sirio mismo, estacionado en Qusayr, se dice «conmocionado por la noticia» y rechaza el ultimátum, afirmando que no es responsable y que no lo comparte de ninguna manera.
Sin embargo, dos sacerdotes católicos que han huido en los últimos días de Qusayr, al ser contactados por la Agencia Fides, confirman que han oído «con sus propios oídos» el ultimátum repetido y anunciado desde los minaretes de las mezquitas, y de haber abandonado la ciudad junto con muchas familias de refugiados.
Según fuentes de Fides, «la situación en esta zona es insostenible y está expuesta a la anarquía total». Los cristianos se enfrentan a una dura realidad: o unirse a la oposición, enrolando sus jóvenes, o ser víctimas de acosos, discriminaciones, violencia. El destino de los cristianos de Qusary, dice nuestra fuente, pronto podría tocar a los 10 mil fieles que viven en otros pueblos de la zona, como Dmeineh, Rableh y Hamra.